El kilo de castañas alcanza en origen los 2,20 euros en un año de escasez

Puestos callejeros de todas las ciudades de España siguen apostando por asar el producto alistano debido a su exquisito sabor

Cesta de castañas alistanas. | Ch. S.

Cesta de castañas alistanas. | Ch. S. / Chany Sebastián

La comarca de Aliste se ha metido de lleno en el corazón de una campaña de recogida de castañas marcada por la llegada de la socarrina del castaño que, según los castañicultores, va a reducir la cosecha entorno a un 50% respecto a un año normal, lo cual acarreará graves consecuencias económicas para muchas familias del oeste zamorano para las que las castañas se habían convertido en un complemento muy importante a su renta anual.

Tras unos inicios preocupantes los precios se han situado ahora entre los 2,20 euros para las castañas injertas y 1,60 para las bravas. Los precios se sitúan en la media del año 2021, una de las mejores campañas de la historia, con un producto de muy alta calidad y unos precios ese año muy elevados debido a la ley de la oferta y la demanda.

Si 2022 ya fue un año malo a decir de los propietarios de castaños, las cosas no es que no hayan mejorado, si que han ido a peor y ni de largo se va a conseguir superar la producción del millón de kilos de castañas. En parte por causa de la Socarrina del Castaño que causó una caída de castañas deshidratadas, inservibles.

Pocas castañas y pocos compradores. De momento están salvando la campaña los mayoristas de la provincia de Zamora y más concretamente los de la comarca de Aliste y Sanabria, que son los que están abasteciendo a su vez al mercado. Los foráneos de Galicia y de Portugal brillan por su ausencia: "Es un año atípico para todo y cada uno se las vendemos al mejor postor. Portugueses y gallegos otros años pasaban cada dos días, este ni se le ha visto el pelo", comentan los productores.

Las castañas alistanas están entre las mas apreciadas de la península ibérica, a decir de los castañicultores y de los consumidores, un auténtico manjar para su degustación ya sean crudas, asadas o cocidas. De ahí que sean muy codiciadas y reclamadas por castañeras callejeras de ciudades como Barcelona, Sevilla, Valencia, Madrid, Valladolid y San Sebastián. De estas ciudades ya han hecho acopio del producto para su degustación asadas en las frías noches del otoño y del invierno.

La semana de Todos los Santos es época de magostos, y desde diferentes pueblos y colegios de la provincia de Zamora están adquiriendo castañas para las degustaciones populares.

La socarrina del castaño no es mortal, sino que va unida a las condiciones climatológicas. Los tratamientos curativos para este hongo no resultan efectivos, "por lo cual lo más aconsejable es eliminar las hojas mediante el fuego; algo que en ocasiones normales se desaconseja, ya que esa hojarasca en descomposición sirve de abono para el propio árbol, además de que el fuego destruye el sustrato del que se alimenta el castaño". Por ello se aconseja, una vez terminada la recogida de castañas, juntar las hojas lejos del tronco y del área de raíces del castaño y quemarlas.

La socarrina del castaño ha traído consigo que los árboles afectados por esta enfermedad vieran caer sus hojas prematuramente y algunos no dieran ni una castaña. La plantas que no se han visto afectadas están dando una castañas de buena calidad. El problema está en que con la humedad en muchos caños están tendiendo abrirse. Va a ser también un año complicado en lo que respecta a su conservación. Por ello se aconseja, una vez recogidas, extenderlas en un lugar aireado que favorezca un secado adecuado.

Una puerta a la esperanza

El Programa de Promoción de las Castañicultura en la Provincia de Zamora, a desarrollar durante 38 meses, con una dotación presupuestaria de 319.440,50 euros financiados por la Diputación Provincial, se abre como una puerta a la esperanza para un sector que no levanta cabeza a causa de las plagas y las enfermedades: primero fueron el chancro y la tinta, luego llegó la avispilla del castaño y ahora le ha tocado el turno a la socarrina.

Una de las variantes será pues la selección de progenies autóctonas productivas de castaño en la provincia de Zamora e instalación de un campo de cepas madre cuyo fin sería proporcionar material de multiplicación con garantías sanitarias, ya que las plagas y enfermedades son ahora mismo el principal y más grave problema para el castaño.

La Mesa del Castaño de la Provincia de Zamora se creaba en 2020 y su objetivo era convertirse en un órgano vertebrador y de consenso social del sector de la castañicultura con vistas a la profesionalización en las técnicas del cultivo, control de plagas y enfermedades, difusión, investigación, formación y comercialización.

El avance ha sido lento, hasta el punto de que muchos de los pequeños castañicultores, ni se han enterado que la llamada Oficina del Castaño atiende directamente tres días a la semana en la zona oeste provincial: dos en Alcañices (Aliste) y uno en Lubián (Sanabria).

Aliste y Sanabria son las comarcas con más castañares en la provincia de Zamora, con 11.700 hectáreas, de las cuales el 74% son de propiedad privada, lo que equivale al 18% de toda Castilla y León.

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