Cinco siglos de tradición taurina en Fermoselle

El privilegio real firmado en 1523 por Carlos I demuestra que la villa de Arribes ya celebraba corridas de toros hace 500 años

Llegada de los toros del encierro a la plaza de madera de Fermoselle, en la Plaza Mayor-

Llegada de los toros del encierro a la plaza de madera de Fermoselle, en la Plaza Mayor- / José Luis Fernández

Fermoselle es la capital de Arribes, y una villa de tal importancia, en una ubicación estratégica entre los ríos Duero y Tormes, junto a la frontera con Portugal, ha protagonizado numerosos acontecimientos relevantes a lo largo de los siglos. Por ejemplo, en la Guerra de las Comunidades, en el siglo XVI.

Por aquellos tiempos, el Castillo y la Villa de Fermoselle eran regidos por el obispo de Zamora, Antonio de Acuña, que había tomado la plaza en el año 1504. En 1520, cuando estalló la rebelión contra el emperador Carlos I de España y V de Alemania, el prelado tomó parte por activa con las tropas comuneras, convirtiendo a Fermoselle en su principal centro militar y en una de las más importantes fuentes de hombres para el bando rebelde.

Aunque los líderes comuneros Bravo, Padilla y Maldonado fueron ejecutados en Villalar el 23 de abril de 1521, y Acuña encarcelado en Simancas –donde sería ejecutado en 1526–, Fermoselle resistió como último bastión comunero.

Por la villa pasaron muchos de los protagonistas de la rebelión en su huida a Portugal. Finalmente, en 1522, el emperador toma Fermoselle y como represalia ordena destruir el castillo y las murallas, además anula el señorío eclesiástico e incorpora la villa de Fermoselle a las tierras de la Corona.

Pero Carlos I quiere ganarse el favor de los fermosellanos, y un año más tarde, el 23 de abril de 1523, concede a Fermoselle el privilegio para celebrar corridas de toros.

"Los fermosellanos llevamos la tradición taurina muy dentro de nosotros desde hace generaciones, desde hace siglos"

José Manuel Pilo Vicente

— Alcalde de Fermoselle

Gracias al documento dictado por el monarca hoy los fermosellanos pueden demostrar que llevan celebrando festejos taurinos al menos 500 años. Probablemente mucho más tiempo, ya que si el emperador decidió conceder ese privilegio era porque ya existía afición en la villa y toros eran muy populares entre sus gentes.

"Los fermosellanos llevamos la tradición taurina muy dentro de nosotros desde hace generaciones, desde hace siglos", afirma el alcalde, José Manuel Pilo Vicente.

En el quinto centenario del privilegio real, el Ayuntamiento de Fermoselle ha incoado el expediente para solicitar la declaración como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial su plaza de madera: el coso artesanal que cada verano los vecinos montan en la Plaza Mayor para acoger encierros, capeas y corridas durante las fiestas de San Agustín, además de otros actos culturales, como el concierto de Carlos Núñez del pasado jueves.

La plaza de madera también es antiquísima. Aunque las piezas se van renovando con el tiempo, aún se usa una viga de más de 200 años que los vecinos conocen como "el abuelo". Es enorme, pesa unos 200 kilos, y se coloca como eje de la puerta de entrada a la plaza.

Pero el coso no siempre ha tenido el aspecto actual. En sus orígenes se limitaba a unas talanqueras sobre las que se sostenía un tablao en el que los vecinos apoyaban sillas que traían de casa. Aún pervive en el habla de Fermoselle la expresión "coger los tablaos", para referirse a coger un buen sitio en la plaza antes de un festejo.

Con el tiempo, se fueron introduciendo cerchas sobre el tablao para hacer los tendidos que conocemos hoy en día.

Plaza de toros de madera en la Plaza Mayor de Fermoselle durante las fiestas de San Agustín de 2022. | |  JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Plaza de toros de madera en la Plaza Mayor de Fermoselle durante las fiestas de San Agustín de 2022. | | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ / B. E.

La esencia de la cultura fermosellana

La plaza de madera de Fermoselle se merece la declaración como BIC de carácter inmaterial no por su indiscutible belleza, sino por ser algo que identifica culturalmente a los vecinos de Fermoselle. Muchos de ellos colaboran en su montaje y desmontaje, y durante las fiestas el pasamanos de la primera fila lo ocupan las banderas de todas las peñas de la villa. De esta manera, cada fermosellano se siente representado ahí, en el epicentro de sus fiestas patronales.

Montaje de la plaza de madera de Fermoselle.

Montaje de la plaza de madera de Fermoselle. / JOSE LUIS FERNANDEZ

Y es que en este pueblo las peñas son mucho más que un grupo de amigos que se junta una semana al año. El fermosellano se implica a fonodo en su peña, y las peñas se implican en la confección del programa de fiestas, colaboran organizando actos culturales, y algunas tienen tanta solera como El Pulijón, que en este 2023 cumple 50 años.

El coso de madera es una joya con una gema que se ubica en lo más alto de la Plaza Mayor: la campana torera que suena para avisar del inicio de los festejos taurinos y de todos los actos culturales, otro elemento que forma parte imprescindible del patrimonio cultural de Fermoselle.