El Puente Pino entra en el "hospital": Así será el cuarto repintado

Cuarto repintado del Puente de Requejo –popularmente conocido como Puente Pino–, un millón de euros de inversión, 15 meses de ejecución (durante los cuales la carretera permanecerá cortada), intervención por fases y 4.500 metros cúbicos de andamiaje para llevar a cabo un minucioso trabajo de montaje y desmontaje con las máximas garantías de seguridad.

No estamos ante un viaducto ni una obra al uso. Los 120 metros de arco de luz y 90 metros de altura sobre el río hicieron de la construcción del Puente Pino, a principios del siglo XX, una proeza de la ingeniería civil, proyectada por el ingeniero José Eugenio Ribera, "uno de los primeros investigadores del hormigón armado en España".

Comienzan las obras de repintado del histórico Puente Pino

El viaducto que en el año 1914 desterró la antigua barca movida por cuerdas que comunicaba las comarcas de Aliste y Sayago, ha requerido de diversas intervenciones a lo largo de su historia. 31 años después del último pintado se renueva el sistema de protección a base de pinturas, con calidades muy actualizadas, que lo protejan de las consecuencias derivadas de las inclemencias meteorológicas. "Se trata de evitar corrosiones que puedan llevar a pérdidas de sección o del soporte de la propia estructura" precisa Esther Felipe, directora de la obra y Jefa de Sección de Proyectos y Obras del Servicio de Movilidad de Zamora.

La consejera Movilidad y Transformación Digital de la Junta, María González Corral, visitó ayer la zona para conocer "in situ" los trabajos. Una intervención singular dadas las características del puente que une las comarcas de Aliste y Sayago a través de los pueblos de Pino del Oro y Villadepera. González Corral destacó la "recuperación de un elemento de alto valor histórico y un importante reclamo turístico como punto de partida para el acceso a los Arribes del Duero".

Las intervenciones contemplan el lavado previo con agua a presión de toda la construcción; recuperación de las superficies mediante sellado de huecos y fisuras; refuerzo de elementos, como vigas, barras o barandillas; regularización de la superficie de todas las aceras de hormigón o mejora del drenaje de la plataforma con reposición de las juntas. La obra ha comenzado con el montaje de andamio desde el vano de acceso por Pino del Oro. Pero la verdadera dificultad de los trabajos de repintado reside el vano central que coincide con el arco, donde los andamios se tienen que apoyar en la propia estructura, a diferencia de los estribos que se asientan sobre las laderas.

"La carga máxima permitida, de 15 toneladas, obliga a actuar en once fases" explica Esther de Felipe. Para ello, hay hacer montajes y desmontajes sucesivos, hasta un total de once. Una vez que está montada una fase, entran los pintores y hay que volver a desmontar para realizar el mismo proceso con la siguiente fase. Esa es la razón de que la carretera tenga que estar cortada durante toda la obra y de que el plazo de los trabajos se prolongue más de un año porque la producción es lenta, prácticamente manual.

Para realizar el pintado de la zona del arco central, sobre el tablero del puente se montarán cuatro railes de tren y sobre ellos, una estructura porticada que descuelga el andamio por los laterales. A medida que avanzan las once fases previstas en el vano central se va corriendo el andamio por los railes.

Para la limpieza de la estructura se está empleando agua del propio río que se bombea a través de una bomba de sondeo que sube el agua a diez depósitos habilitados, mientras otra bombita pequeña lo lleva hasta la hidrolimpiadora.

A la singularidad de la obra se suman los condicionantes derivados del enclave del puente, en pleno corazón del Parque Natural Arribes del Duero. Se han impuesto así una serie de prescripciones medioambientales para preservar la cría de la fauna, también de la Comisión de Patrimonio y de la Confederación Hidrográfica del Duero que obliga a colocar una lona para evitar la caída de residuos al río Duero. Dadas las características de la estructura metálica, con trabajos que se realizan a gran altura, también son singulares y exigentes las medidas de seguridad y salud.

La joya de la corona

El repintado del Puente Pino se complementará con la demandada reparación de la carretera ZA-321. Resultaría paradójico adecentar la "joya de la corona" de la zona mientras hay que acceder hasta el puente por "la peor carretera de la provincia de Zamora" describió sin miramientos el alcalde de Villadepera. Tanto José Ignacio Isidro como su compañero Jesús Ángel Antón, alcalde de Pino, no dejaron pasar la presencia de la consejera de Movilidad y Transformación Digital para reclamar la reparación de la vía de comunicación desde Moralina, a Villadepera y Pino para conectar con la N-122.

"Agilicen las obras al máximo" demandó el regidor de Pino, mientras el de Villadepera reclamaba una consignación presupuestaria que avale el compromiso de la Junta. La responsable regional confirmó que "el proyecto está aprobado provisionalmente y ahora en trámite de información pública de expropiaciones y de audiencia por modificación de accesos. Una vez que termine el trámite, se procederá a la aprobación definitiva del proyecto y a la licitación de las obras". Se estima que el año próximo.

Las obra prevé el ensanche de la carretera. Respecto al presupuesto, María González Corral , que acudió a Pino junto a la delegada Leticia García, precisó que no hay consignación presupuestaria, de momento, "porque está en fase de exposición pública y expropiaciones. Estamos trabajando en ello y todo tiene sus plazos y sus trámites".

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