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Llegada de la cosecha de cebada a un silo de la provincia de Zamora en 2022. | Emilio Fraile

Cobrar más ganando menos: el drama de los agricultores de Zamora

El precio en origen de la leche y los cereales batió récords en 2022, pero el encarecimiento de los insumos empobreció a los profesionales del campo

El precio en origen de los productos agrícolas experimentó en 2022 una subida sin precedentes históricos en Europa, un fenómeno que se ha producido en prácticamente todas las categorías de producto, según confirman los primeros datos anuales de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).

Estos datos, sin embargo, no significan que la renta agraria haya aumentado en la misma medida, ya que el precio de los insumos ha subido a un ritmo aún más acelerado, según también datos del Eurostat.

De hecho, las organizaciones agrarias apuntaban en la última semana de 2022 a un empobrecimiento generalizado de los profesionales del campo en España de un 5,5% de media respecto al año anterior, a pesar de que el valor de la producción agraria bruta ha aumentado en el mismo periodo en nuestro país. Es decir, el aumento de los costes viene subiendo a un ritmo aún mayor al que sube los precios que perciben los campesinos por el fruto de su trabajo.

Los analistas de la Oficina Europea de Estadística identifican tres causas que han impulsado hacia arriba los precios agrícolas en todo el continente. La primera y más obvia es el efecto disruptivo causado por la guerra de Ucrania en los mercados internacionales de productos agrícolas. Tanto Ucrania como Rusia son grandes exportadores de trigo, maíz, girasol y otras oleaginosas, pero también de fertilizantes.

La segunda causa detrás de esta escalada de los precios sería la sequía generalizada, que ha afectado a grandes extensiones del continente europeo reduciendo el rendimiento de los cultivos, así como de pastos y forrajes, contribuyendo por lo tanto a encarecer también la producción ganadera.

El tercer motivo es la presión inflacionista, que se explica principalmente por la subida del coste de la energía y el combustible como consecuencia de las acciones tomadas por la UE y sus Estados miembro para reducir la dependencia del gas y el petróleo rusos.

Cereales, huevos y leche, lo que más subió en 2022

Los datos del Eurostat hablan de una subida del precio de los productos agrícolas de un 24% entre 2021 y 2022. Las mayores subidas se han dado en los cereales, hasta un 45% de media a lo largo del último año, seguido de los huevos (43%) y la leche (31%).

Tres productos básicos cuyo encarecimiento lo notan las familias en la cesta de la compra, provocando un empobrecimiento más acuciado en las clases sociales más vulnerables. Al mismo tiempo, estos fenómenos contribuyen a que los índices de inflación sigan al alza en Europa, al tratarse de productos de demanda inelástica que el consumidor sigue adquiriendo pese a costar más en los lineales de los supermercados.

Terneras de cría en una granja de Zamora. | Emilio Fraile

Tras estos tres productos, la patata es el vegetal que más incrementó su precio en origen en el ejercicio 2022, seguida del pollo, el cerdo, la tercera, el aceite de oliva y las hortalizas y verduras. Solo en el caso de la fruta el precio en origen ha sido inferior en 2022 que en 2021, pero la caída es de apenas un 3%.

Subida de los costes para los agricultores

Las estadísticas confirman también la escaldad de los insumos de la agricultura de un 30% en comparación con el año anterior, aunque estas cantidades varían entre países, ya que no todos se han visto afectados en la misma proporción por los tres factores descritos.

El mayor problema está en los fertilizantes, con un encarecimiento anual cercano al 90% de media en la UE. Tras este coste, el que más se ha incrementado es la energía, cerca de un 60%. La tercera categoría que ha experimentado la mayor subida es el pienso para el ganado. En menor medida, también se han incrementado los costes en semillas, herbicidas y pesticidas, así como los gastos veterinarios.

Volviendo a la subida del precio de los productos agrícolas, este incremento no es uniforme en toda la UE, con variaciones muy grandes entre países. Por lo general, son los países del este de la Unión los que experimentan las mayores subidas.

En el caso de los cereales (un agregado en el que se tiene en cuenta el trigo, la cebada, el maíz, el centeno y la avena), las subidas van del 70% de Finlandia a solo un 33% en Austria y Países Bajos.

En los huevos se observan unas diferencias aún mayores entre Estados. Pues mientras que en Luxemburgo los productores solo han percibido un 6% más de media en 2022 que en 2021, o un 7% en Chipre y Grecia, la subida es del 68% en Países Bajos, del 74% en Bélgica y del 76% en Francia.

En estas comparaciones, España se encuentra siempre “a media tabla”, pero con subidas inferiores a la media de la UE, en lo que se refiere al precio en origen de los productos agroganaderos.

Por ejemplo, la leche ha subido en origen un 31% de media en la UE, y en España un 27%, más que en lugares como Austria, Chequia, Eslovaquia, Grecia o Francia, pero muy lejos de las subidas superiores al 50% en los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Hungría o Bélgica.

Con estos datos sobre la mesa, los agricultores y ganaderos europeos esperan que la subida de los insumos se frene en 2023. Algo que podría ocurrir si las condiciones climatológicas son más favorables y si los países de la Unión consolidan alternativas al gas y al crudo de Rusia que permitan estabilizar el mercado energético, sin duda un actor que durante todo 2022 ha venido arrastrando todos los precios hacia arriba.

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