La nieve “colorea” los montes de Sanabria

Esperadas, deseadas y temidas. Las nieves llegaron a cotas bajas de la comarca con el temporal “Fien” sin estrépito y a la espera de una de una gran nevada como las de antaño. “No nieva como antes” al menos en Padornelo donde la nevada del 97 –del siglo pasado- fue de las más copiosas como recordaba ayer Socorro en el bar Silva. Un par de días estuvo cortado el túnel de Padornelo y nadie podía subir “tenía a mi padre y a la niña pequeña, y no teníamos ni teléfono. Uno público aquí abajo. No subía nadie”. Su marido, Baltasar Fínez, pudo subir al cabo de dos días con un trabajador de las obras de la Autovía A-52 que en ese año estaba en construcción.

Nieve no cae pero agua hay en condiciones. Socorro Silva recordaba otra ocasión en que una vecina, en 2009, se quedó durante días en la parte baja del pueblo prácticamente aislada, aunque los pocos vecinos del pueblo estaban pendientes de ella. Ese año hasta 8 nevadas mantuvieron cerradas buena parte de las calles del pueblo.

Contados han sido los días del calendario desde diciembre que no ha caído agua sobre la Alta Sanabria y contados los días que la nieve ha aparecido, dos intentos, como contabiliza Baltasar. En el bar ha parado un conductor en dirección a San Sebastián, que tranquilamente almuerza. Los ganaderos de la zona que tienen las vacas por la zona dan una vuelta para ver localizarlos y tenerlos más o menos controlados.

El tramo más peligroso en época de nieves es entre Padornelo y Aciberos, según la experiencia de los residentes. Y se cumple. Mientras en Requejo no hay nieve, en Lubián la capa no cuaja en la carretera y colorea un poco los montes. Dos corzos atraviesan la carretera ZA 106 en la zona del cementerio sorprendidos por el escaso tráfico. En Aciberos arrecian los copos ya convertidos en hielo, pero sin coger espesor en la calle.

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José Gregorio Prada Mostaza, vecino de Aciberos, sale a la calle para ver si la forastera necesita ayuda. Rememora la nevada de 2002, cuando trabajaba en mantenimiento en el pueblo, otra de las grandes. En esos días dejó el coche en la venta de la carretera, lo que era la nacional 525 vieja y ahora la ZA-106, por el pueblo no se podía circular y quedó en casa con su mujer y un nieto pequeño de tres años. No cree que vaya a nevar mucho más pero el viento, la repentina bajada de la temperatura y la nieve como bolas diminutas de hielo obligan a recogerse al lado de la lumbre. Quedan unos seis vecinos en el pueblo pero nadie sale a la calle. En Hedroso, en dirección a Lubián, la calle está vacía mientras el temporal “Fien” da una barrida sobre las poblaciones. El sol ha tenido sus momentos de protagonismo porque en cotas bajas desde Requejo a Puebla ha brillado por momentos.

Los vehículos de mantenimiento han repasado las carreteras desde la Nacional 525, la Autovía A-52 y las autonómicas desde las zonas más sensibles como Porto y San Martín de Castañeda para no dejar incomunicados los núcleos urbanos. Las nieves, con todos los trastornos que ocasiona y a los que están acostumbrados los residentes, es bienvenida porque garantiza el agua del verano. “Deja que nieve, que viene bien” se despecha un ganadero de Santa Colomba que tiene que ir a Puebla al papeleo.

“¿Vienes a pisar nieve? Si casi no hay” preguntan a los forasteros que suben y bajan por Padornelo. A la hora del almuerzo, la estación de Servicio es el punto de reunión de los conductores de las quitanieves. La persona que atiende la gasolinera reconoce que aunque hay nieve “sí viene gente”.