Brandilanes ha venerado a su patrono San Amaro cumpliendo con la ancestral tradición de ser el pueblo que celebra las primeras fiestas patronales del año en toda “La Raya” de España y Portugal.
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Dicen los alistanos y trasmontanos que es el mes de enero el corazón del invierno con sus gélidas temperaturas, no siendo de extrañar que de sus fiestas forme parte imprescindible el fuego y que a los “Santos Coloraos” también se les conozca como “Mártires de la Nieve”. Los festejos, las buenas costumbres no pueden perderse.
Comenzaba la fiesta en la anochecida del viernes cuando los mozos de la localidad encendían en la Plaza Mayor de Brandilanes la tradicional hoguera que se mantiene activa durante tres días y tres noches.
Por la noche la primera verbena popular estuvo amenizada, hasta altas horas de la madrugada, por la orquesta “Kronos” de Salamanca. Gélida noche donde darle al cubata y al baile más que cuestión de gustos o ganas era de obligación para quitar el frío. Los que aguantaron pudieron disfrutar de una suculenta y sabrosa convidada a base de buena choriza y panceta asada y una hogaza de pan casero recién horneada.
San Amaro celebra su festividad el 12 de enero, pero en estos tiempos de éxodo rural se le busca acomodo en el fin de semana. Brandilanes celebraba ayer su día grande con pasacalles con la “Charanga Alistana, misa y procesión tras dos años bajo mínimos: en 2022 sólo 14 personas asistieron. Este año los actos religiosos estuvieron ya más concurridos.
Uno de los actos más importantes del día fue la comida de hermandad ofrecida por cortesía del coto de caza “El Águila” en la que participaron todos los vecinos. Llegada la tarde la agrupación folclórica “Manteos y Monteras” fue la encargada de ofrecer una muestra folclórica al son de las gaitas de fole, las dulzainas y los tamboriles. La cosa se fue calentando y al final los hombres y mujeres de Brandilanes se sumaron al baile con las jotas y el baile llano.
Nueva noche de fiesta al calor de la lumbre, con una verbena popular que contó con la actuación de una orquesta de primera fila en el mundo verbenero de España: “Ipanema” de León. Se finalizó con una convidada por parte de la comisión de fiestas a base de asado de chorizo con pan a las 6 de la madrugada cuando las temperaturas se situaban varios grados bajo cero.
Recuperaron pues los festejos de San Amaro su esplendor recuperando el tiempo robado por los estados de alarma y confinamientos de la pandemia. Españoles y portugueses, alistanos y trasmontanos mostraron y demostraron que las fiestas han vuelto para quedarse y que este 2023 patronos y patronas volverán a congregar en todos los pueblos a vecinos, emigrantes y forasteros.
Brandilanes vivió su momento de mayor esplendor poblacional en 1910 cuando el pueblo fronterizo con la portuguesa aldea de Ifanes lograba alcanzar los 334 habitantes. Mientras en la mayoría de los pueblos de la zona se vivía un incremento poblacional histórico durante el reinado de Alfonso XIII, la Segunda República y la Guerra Civil, Brandilanes inicio un peligroso retroceso que le llevó 251 vecinos en 1950 habiendo bajado ya a solamente 88 en el año 1991. En 2021 se bajaba a 57 empadronados y a lo largo de 2022 el padrón municipal vivió una recuperación inesperada.
El milagro llegó con el asentamiento en “La Casona” de Brandilanes de la comunidad autosostenible de contemplación, estudio y yoga en un entorno natural “Advaitavia Kailas Ashran” liderada por el monje y maestro hindú Swami Sartyananda Sraswati, de 67 años. De los 30 residentes 14 ya están empadronados en la localidad.
Una de las grandes ventajas es que, de esta manera, Brandilanes se mantiene por encima de las 50 cartillas sanitarias con lo cual podrá mantener la consulta de médico y enfermera una vez por semana en su consultorio médico de atención primaria. Varios de los nuevos residentes se han dado de alta en la alta Zona Básica de Salud de Aliste. Los “yoguis” han vivido pues por primera vez las fiestas de San Amaro en su pueblo de acogida alistana.