El Pacto Rural Europeo, a un paso de hacerse realidad para frenar fenómenos como la despoblación en Zamora

Esta hoja de ruta comprende medidas y acciones hasta 2040

Un perro pasea por las calles de un pueblo vacío en Zamora. | E. F.

Un perro pasea por las calles de un pueblo vacío en Zamora. | E. F. / Irene Barahona

La Unión Europea vuelve a mirar a las zonas rurales y al futuro del campo, cuya supervivencia está en jaque como es patente en zonas de Zamora, epicentro de la despoblación, para la que han presentado una hoja de ruta con los retos y soluciones de aquí a 2040 en todo el territorio.

La Comisión Europea es consciente de la importancia de este territorio que representa el 80% de la superficie europea y sin el que sería imposible asegurar factores tan claves como la seguridad alimenticia. Aún así, la vida de los ciudadanos rurales –solo un 30% de la población total– es bastante más difícil que la de sus vecinos urbanitas. Reducir las brechas sociales presentes en el mundo rural es el objetivo de la comunicación que la Comisión ha remitido a las demás instituciones europeas y que el Parlamento Europeo votará esta semana en su sede en Estrasburgo.

El informe, disponible en los portales oficiales de la UE, lleva el nombre de “Visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE: hacia unas zonas rurales más fuertes, conectadas, resilientes y prósperas antes de 2040” y en él se incluyen medidas a largo plazo para solucionar problemas como la despoblación, la brecha digital, la falta de servicios o incluso el impacto del lobo en la ganadería.

En este informe, la Comisión se compromete a reducir las desigualdades regionales patentes en el territorio y a ayudar a las zonas rurales a ponerse al día. Dicho compromiso es en realidad, obligatorio para las instituciones, ya que está consagrado en el artículo 174 del Tratado Fundacional de la Unión Europea que establece que deberá prestarse “especial atención a las zonas rurales, a las zonas afectadas por una transición industrial y a las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes como, por ejemplo, las regiones más septentrionales con una escasa densidad de población y las regiones insulares, transfronterizas y de montaña”.

Para ello se ha delineado un paquete de acciones a largo plazo que será lo que el Parlamento Europeo vote durante esta semana. Estas propuestas están divididas en cuatro bloques principales que se resumen en un mundo rural más fuerte, más conectado, más próspero y más resiliente.

De esta manera nacería lo que la Comisión ha bautizado como un Pacto Rural que “movilizará a las autoridades públicas y a las partes interesadas para que actúen sobre las necesidades y aspiraciones de los residentes rurales. El Plan de Acción Rural de la UE allanará el camino para fomentar la cohesión social”, según promete el informe.

Más allá de Zamora

La provincia rayana ha ganado en numerosas ocasiones el dudoso mérito de ser la provincia con peores índices demográficos de Europa no solo en la actualidad, sino en las estimaciones de las próximas décadas.

Aún así, las desigualdades en el mundo rural son un problema que Zamora comparte con otros territorios europeos: la despoblación, la pérdida de servicios y el desarrollo económico están presentes en todo el territorio rural de la UE en menor o mayor medida.

El acceso a la educación es un bache que este informe reconoce que existe en las zonas rurales, donde los ciudadanos “se enfrentan a unas infraestructuras y a unos servicios de apoyo educativo insuficientes, a una oferta educativa limitada y a la falta de profesores experimentados”, servicios públicos de los que depende “la vida en las zonas rurales”. Dentro de estos servicios esenciales e infraestructuras el informe señala el agua, el saneamiento, la energía, el transporte, los servicios financieros y las comunicaciones digitales como “fundamentales para garantizar la inclusión social y económica” de los ciudadanos. Zamora es uno de os territorios en los que hay dificultades de acceso a muchos de estos servicios, como en el caso de los bancos y el efectivo, la conexión a internet y el transporte.

El informe también apunta a la atención a la infancia, la educación, los cuidados de larga duración, la vivienda, el mercado laboral y los servicios sociales como “importantes fuente de creación de empleo” en las zonas rurales, donde de manera histórica han sido asociadas a la agricultura, un sector cuya contribución en porcentajes a la economía o al número de puestos de trabajo que implica ha descendido de manera abrupta en las últimas décadas. La aprobación de este informe conllevaría la puesta en marcha de un Pacto Rural, y con el, nuevas medidas a futuro.

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“La innovación en las zonas rurales no está liderada por las grandes empresas. Está liderada por la comunidad”, inicia el informe sobre la importancia de que sean las propias comunidades locales las que diseñen las soluciones, y plantean que una manera de hacer los territorios rurales más atractivos es crear sistemas “en línea” para que los propios vecinos tomen las decisiones del futuro del territorio. Además, se indica la necesidad de mejorar los servicios para una población que se “reduce y envejece”. Un fortalecimiento del mundo rural que desde la Comisión afirman que debe contar con grandes dosis de innovación para fomentar que haya núcleos de investigación descentralizados, pueblos inteligentes y comunidades que sirvan de incubadora para proyectos que sumen valor al territorio.

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Dos premisas sostienen este segundo objetivo: “El campo sigue luchando con numerosos puntos blancos en términos de infraestructura: carreteras, transporte, alcantarillado y abastecimiento de agua” y “la banda ancha debe ser un servicio esencial. Es un medio para un fin, no el fin en sí mismo”. Algunos servicios centralizados en zonas urbanas necesitan de buenas comunicaciones con las zonas rurales, “con potencial para explorar nuevas soluciones de movilidad sostenible e innovadora”. Nuevas estructuras como la digital, que además de oportunidades de trabajo, “ofrecerán servicios como sistemas de transporte multimodal inteligentes, asistencia rápida de emergencia en caso de accidente, soluciones más específicas de gestión de residuos, soluciones inteligentes de energía e iluminación, optimización de recursos”.

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Europa está centrada en su Pacto Verde para luchar contra el cambio climático, donde los territorios rurales juegan un papel muy importante. Como proveedores de servicios que protegen los ecosistemas, las zonas rurales desempeñan una función cada vez más importante en la mitigación del cambio climático, así como en la creación de actividades dentro de la bioeconomía y la economía circular sostenibles. Las zonas rurales deben basarse en una agricultura, silvicultura, actividades económicas agroalimentarias y una variedad diversificada de actividades económicas “más ecológicas que sean sostenibles” y que además fomenten “la captura de dióxido de carbono en suelos agrícolas y la producción local, comunitaria y de alta calidad”, así, los sumideros de carbono a través de la plantación de árboles son una de las opciones de negocio sostenibles.

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Avanzar más allá de la agricultura y la ganadería tradicionales ayudará a crear territorios rurales ricos y prósperos “si diversifican las actividades económicas a nuevos sectores con efectos positivos sobre el empleo y mejoran el valor añadido de la agricultura y las actividades agroalimentarias”. De nuevo, los servicios y la digitalización entran en juego para ello “la diversificación económica también exige dar acceso a la educación y formación digitales e híbridas para que las comunidades adquieran nuevas capacidades y apoyen las mentalidades emprendedoras”, y es que unas mejores interconexiones de las pequeñas empresas pueden suponer que los territorios rurales sean mas atractivos “que suele conducir a la transferencia de poder y beneficios”, que en el caso contrario se quedarían lejos de las zonas rurales.

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