La recolección de la aceituna en Fermoselle, y en general en toda la comarca de Arribes del Duero, confirma las peores previsiones. Una cosecha corta, con el rendimiento reducido a la mitad respecto a la campaña pasada.
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Así lo certifican los propios cultivadores y los registros de la Cooperativa Virgen de la Bandera de Fermoselle, donde hasta el lunes únicamente se habían recibido 80.000 kilos de aceituna desde que comenzó la campaña, el pasado 26 de noviembre.
“La temporada va regular, seguramente no llegue a la mitad del año pasado” confirman desde la almazara fermosellana. La previsión ronda los 150.000 kilos, lejos de los 320.000 kilos molturados con los que cerró la temporada de 2021 en la cooperativa Virgen de la Bandera.
En realidad la producción es mayor porque hay cultivadores que entregan la oliva en otras almazaras, sobre todo de Portugal. Pero en ningún caso va a llegar a las cifras del año pasado ni de la media de los últimos años.
Como otros muchos sectores agrarios, la falta de agua durante la primavera y el verano impidió la buena floración. Y para rematar el pésimo año, las lluvias en el inicio del otoño han mermado el rendimiento porque las aceitunas han cogido agua en detrimento del aceite y se han caído del árbol debido al peso.
Fermoselle: a la rica aceituna
La parte positiva de la pésima campaña es la calidad. “Hay pocas, pero muy buenas” certifica Olvido Peños, cuya familia ya ha dado por terminada la campaña. “Cuando llovió, cayó el agua en la corola y no ha fecundado bien, pero las que hemos recogido son buenísimas”.
La excelente calidad parece garantizada con la producción de aceite virgen extra que dan las aceitunas de la variedad manzanilla tan valorada en el mercado. “El aceite de Fermoselle está my reconocido y así va a seguir”. Acostumbrada a tratar con los turistas que se apuntan a las rutas de las bodegas, Olvido asegura que “la gente se queda maravillada cuando prueba nuestro aceite de oliva virgen extra, lo que pasa que este año casi no vamos a sacar ni para el arreglo en las casas”.
Son los días gordos de la cosecha. Muchas familias se afanan en la recolección de la aceituna aprovechando este largo puente, cuando llegan parientes y amigos para ayudar en la afanosa tarea. La incorporación de la maquinaria, con el vareador automático, facilita la caída de las olivas aunque en Fermoselle los socios de la cooperativa deben limpiarlas a mano para poder hacer la entrega. “A ver si los socios nos ponemos las pilas para comprar una limpiadora” anima la cultivadora fermosellana.
En Fermoselle y Pinilla, los dos núcleos más importantes de los arribes zamoranos, se mantiene la producción de aceitunas como un recurso para las economías familiares. Y mucho más en un año para temblar, con el aceite en el mercado por las nubes.
Las almazaras del resto de la comarca de Arribes, en Salamanca, arrojan datos similares; no llegan ni a la mitad del año pasado, una de las mejores cosechas. Algunas cooperativas incluso ya han dado por cerrada la campaña, como en Aldeadávila, y en Fermoselle esta semana es previsible que esté todo o casi todo recogido.