La falta de servicios en el mundo rural continúa obstaculizando el día a día de los vecinos de los pueblos de Zamora, problema que se extiende a la solución de averías, que pueden duplicar el tiempo de subsanación en comparación con las capitales.
Poner fin a cualquier incidente requiere de una mayor logística y problemas para los habitantes del mundo rural, que se enfrentan con mayores tiempos de espera a la hora de conseguir que los servicios técnicos lleguen a su casa.
La telefonía y el internet son los servicios que más urgencia suponen en estos casos, pues la conexión telefónica o el internet son fundamentales para el trabajo, la vida social o incluso, la salud.
Cobertura deficiente
La falta de cobertura ha sido una de las grandes quejas a lo largo y ancho de la provincia de Zamora, carencia que se ha hecho visible durante la pandemia, cuando la conexión a internet y a la red de teléfono se hizo indispensable para las relaciones sociales en mitad del confinamiento.
Además, la imposición de las consultas médicas telemáticas debido al COVID hicieron más urgente que nunca dotar a los pueblos de buenos servicios telefónicos, pues en muchos municipios de Zamora se reportaron durante meses problemas a la hora hacer llamadas por la falta de cobertura móvil para reservar una cita médica o hablar con el médico.
La lastra no solo se encuentra en la baja calidad de las infraestructuras telefónicas, sino en la reparación de las averías, una dimensión de los servicios que hace que puedan pasar días hasta que se solucione un problema básico.
Historias reales
Este es el caso de Ángela Garrido López, de 82 años, vecina de Fermoselle y usuaria de la teleasistencia con Cruz Roja, un servicio indispensable para ella debido a su delicado estado de salud, como relata su hijo, Miguel Ángel Peña.
“Cinco días sin atender las averías”, este ha sido el tiempo que los servicios técnicos de su compañía de teléfono se han demorado para desplazarse hasta la vivienda familiar y repara la red de teléfono a la que va conectado el dispositivo de Cruz Roja.
El afectado relata que no puede atender a su madre durante su jornada laboral y confía en la teleasistencia por si ella tuviera alguna urgencia mientras se encuentra sola en casa. Entre algunas de las patologías que Ángela sufre destaca la insuficiencia cardiaca, entre otras, con el agravante de que ha sufrido varios episodios de caídas.
“Si se cae y yo estuviera trabajando, hasta que no llegara a casa y la viera en el suelo no recibiría asistencia”, relata su hijo sobre lo indispensable del dispositivo de teleasistencia, sin el que han estado conviviendo durante cinco días debido a que la red de telefonía de su domicilio estaba estropeada.
Los usuarios de teleasistencia disponen de un colgante para llamar a un centro de control de Cruz Roja a nivel regional con asistencia 24 horas los 365 días del año desde donde coordinan la asistencia inmediata a los usuarios.