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Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

Los vecinos de Pereruela han modernizado la producción artesanal de cerámica. He visitado “La Fábrica” para ver cómo tratan el barro, cómo modelan las piezas siguiendo la tradición, cómo cuecen la loza para impregnarla de la dureza y resistencia que la caracteriza. Y me han contado cómo han convertido un negocio artesanal en una empresa que vende producción cerámica a países de todo el mundo.

Durante siglos los alfares de Pereruela fueron negocios familiares en los que el trabajo se repartía por sexos. Los hombres se encargaban de extraer y preparar el barro, cocer las piezas en el horno y venderlas por pueblos y ferias. Pero las mujeres eran las verdaderas protagonistas de esta labor artesanal, especializándose en la parte delicada: la creación y modelado de las piezas.

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

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Su especialidad es la “alfarería del fuego”, loza destinada a cocinar: pucheros, cazuelas, bandejas, bóvedas de horno… Y durante muchos años una de las piezas esenciales fueron los crisoles, recipientes utilizados en laboratorios y fundiciones para calentar compuestos químicos a altas temperaturas.

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

Su especialidad es la “alfarería del fuego”, loza destinada a cocinar: pucheros, cazuelas, bandejas, bóvedas de horno… Y durante muchos años una de las piezas esenciales fueron los crisoles, recipientes utilizados en laboratorios y fundiciones para calentar compuestos químicos a altas temperaturas.

Utilizan como materia prima una mezcla de arcilla roja, que recogen en los campos de labor, y una arcilla blanca o caolín, que se obtiene de la zona llamada “Las Barreras”. Antiguamente se ponía el barro rojo con agua en un hoyo excavado en la tierra para ablandarlo. Después se mezclaba con el blanco con ayuda de una pala o pisándolo con los pies. En la actualidad esta labor se realiza con ayuda de maquinaria para filtrar el barro, limpiarlo de impurezas y mezclarlo.

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

Una vez preparado el barro, viene el trabajo artístico, el modelado. Laborioso proceso para el que utilizan tres técnicas diferentes. Una de ellas es la técnica del urdido, necesaria para las piezas más grandes, como las bóvedas de horno, consistente en agregar churros o rollos de arcilla que se van uniendo poco a poco para construir las paredes de la pieza.

Otra técnica es la de la pella o bola, que consiste en tomar un pedazo de barro, redondearlo y después darle forma de vasija manualmente.

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

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El modelado en torno es la técnica más moderna. El alfarero tiene que ir girando una rueda de madera con el pie o con la mano, encima de la cual se va modelando la pieza con ayuda de las manos y del giro del torno.

Las piezas se dejan secar al aire, se aplica el esmalte o vidriado y a continuación se cuecen en un horno durante varias horas. De ese modo se consigue un producto esmaltado que resiste cualquier tipo de fuego.

Las bóvedas de horno además se recubren con material aislante y se les da un acabado en piedra o ladrillo, añadiendo puerta metálica y termómetro, resultando un horno de leña excepcional para hacer asados.

Lo más sorprendente en Pereruela es cómo han mantenido esta labor artesanal adaptándola a los tiempos actuales. Han sabido conjugar tradición y nuevas tecnologías, convirtiendo la alfarería en un negocio moderno y con futuro, accediendo incluso a los mercados internacionales.

Pereruela, artesanía tradicional con proyección internacional

En los años 80 la producción alfarera en esta localidad estaba en vías de extinción. Existía un cierto desprestigio de la actividad alfarera, las jóvenes no querían dedicarse a ser “cacharreras”. Y la venta en ferias y pueblos no garantizaba buenos ingresos.

De hecho, en 1987 ya sólo quedaban dos hornos en funcionamiento y tres artesanos que elaboraban cazuelas. La alfarería de Pereruela estaba a punto de desaparecer.

Pero una pareja perigüelana, Afelio y Eladia, decidió organizar una alfarería de un modo diferente. Contrataron a personas jóvenes como aprendices y fundaron “La Fábrica”, manteniendo la producción artesanal, pero con una nueva estructura organizativa y una buena labor comercial para abrir nuevos mercados.

Veinte años después su hija Paqui tomó las riendas del negocio y exploró las posibilidades que internet y el mercado internacional le ofrecían, de tal manera que actualmente el 50% de la producción de esta empresa se comercializa en el extranjero, teniendo incluso pedidos desde Asia y África.

La clave para lograrlo fue mantener la actividad artesanal que aporta valor añadido al producto, pero modernizando ciertas partes del proceso, adaptarse a las necesidades del mercado actual elaborando nuevas piezas como los hornos, una buena actividad comercial y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías como internet.

No fue fácil. Pero dieron el primer paso. Y a día de hoy, hay varias empresas alfareras en Pereruela. Ha pasado de ser una actividad residual y con poco prestigio, a convertirse en un negocio con futuro y con reconocimiento social.

Todo un ejemplo de cómo se pueden conjugar la actividad artesanal y tradicional, con las nuevas tecnologías y la adaptación a los nuevos tiempos.

Gracias a Paqui por mostrarme su proceso de producción alfarera y a Eladia por compartir su historia y la de su marido Afelio.

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