La Opinión de Zamora

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Último trayecto: desde Ucrania hasta Levante, por Zamora

Adif facilita los pasajes gratuitos a las dos familias ucranianas que partieron desde Zamora para reunirse con los suyos

La familia espera en la sala de la estación a la llegada del tren que les llevará al sur JOSE LUIS FERNANDEZ

La última familia ucraniana evacuada desde Polonia por la ONG zamorana Acción Norte partía ayer, a las cuatro y veinte minutos, de la estación del AVE de Zamora, y completar así un largo viaje humanitario. El destino de los dos grupos familiares eran Málaga y Alicante, donde se reunirán con sus familias que han estado en contacto desde su evacuación, el domingo, en un centro de acogida de los refugiados en Polonia.

El destino de los tres últimos viajeros, miembros de una familia ucranoarmenia, es Alicante donde podrán rehacer relativamente su vida. Una vida que viaja en un bolso de deporte pequeño y dos bolsos de viaje de mano, lo único que pudieron sacar de su ciudad, Chérnigov.

Las familias se dirigen a coger el tren. | José Luis Fernández Araceli Saavedra

ADIF proporcionó los pasajes de manera gratuita hasta el destino final tras mostrar sus pasaportes y darles todo tipo de facilidades, desde que un miembro de la ONG les acompañara hasta el andén y localizara el coche y los asientos, hasta comunicar al interventor que viajaban estas tres personas, dos adultos y un adolescentes, sin conocer el idioma y manejarse con algo de conocimiento de la lengua inglesa y la aplicación de móvil.

La previsión era llegar a las nueve a Alicante, previo trayecto hasta Madrid –hora y media aproximadamente- con trasbordo en las estaciones de Chamartín a Atocha para tomar el segundo tren a su destino final. Alicante a dos horas.

“Vinimos con tres bolsas y nos vamos con 10” comentaba la joven ucraniana que, tras pernoctar en Benavente con su familia, pudo ver el mercadillo semanal de Benavente acompañada por una vecina que estuvo pendiente de ella, en esas pocas horas tras su llegada a Benavente.

La madre de la familia recibe una figura de la Virgen de los Remedios. | José Luis Fernández José Luis Fernández

A través de la aplicación del traductor cuenta que los trenes en Ucrania son más viejos, cuando se le informa de que el AVE viaja a 300 kilómetros por hora. Para viajar prefiere el tren porque en coche se marea, después de echarse al cuerpo en el trayecto desde Polonia de más de 3.000 kilómetros y sin quejarse nunca. Ni ella, ni su marido, ni su hijo.

El cambio en la expresión del rostro, de la incertidumbre y el desconcierto inicial de montarse en el coche con unos desconocidos, a las sonrisas y lágrimas de la estación describen la confianza en esos “benditos” extraños que les han resuelto el peor trago de sus vidas. Una ONG pequeña en la que hay detrás muchas personas trabajando anónima y desinteresadamente.

En esas bolsas entregadas desinteresadamente van viandas caseras de Sanabria, ropa nueva y cosas usadas como la mejor mochila de uno de los hijos de una de las cooperantes con ropa y material escolar, e incluso un mapa de la provincia zamorana para que vuelvan de turismo y no de emergencia.

Al icono religioso que se llevó Shushanna como único objeto de valor rescatado de su casa en Chérnigov bombardeada se une en este viaje una pequeña figura de la Virgen de los Remedios patrona de Sanabria, como recuerdo de sus sanabreses.

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