“Llevo entre el ganado desde los 6 años, con las ovejas me salieron los dientes y nunca lo hemos pasado tan mal”. Miguel García Villar, ganadero de Villamor de la Ladre, despertó con la mala noticia del lobo atacando a su rebaño. Es el tercer episodio que sufre en el último mes, pero ninguno tan grave.

A diferencia de las anteriores ocasiones que “ni me molesté” en llamar a la guardería medioambiental, ayer las consecuencias eran demasiado graves. 23 animales de raza churra muertos (15 ovejas, 3 carneros, 4 cordero y 1 cabrito joven”.

Lobada en Villamor de la Ladre José Luis Fernández

Así quedó reflejado en el acta levantada por los agentes de la Patrulla del Lobo, que se personaron en la finca para certificar el ataque a un rebaño que estaba suelto en el monte. Puede que interviniera más de un lobo, y no fue el único episodio. Otras tres ovejas corrieron la misma suerte en una explotación de Gáname.

Los ganaderos de Sayago no ganan para sustos. Llevan meses con sucesivos ataques del lobo. Almeida, Cibanal, La Dehesa de Pelazas, Villar del Buey. “Ahora no para, pasan dos o tres días y otro susto. Y eso que hay gente ya que ni lo dice” comenta otro ganadero.

Los lobos matan a 23 animales

“Como para que los jóvenes vengan a trabajar al campo, estamos de narices” reaccionaba el afectado junto a su mujer, Selma Aparecida Luis, titular de la explotación, y otros ganaderos de Villamor de la Ladre. Fueron éstos últimos los que vieron el reguero de cadáveres en la finca de “Los Campitos”, situada al lado de la carretera entre Bermillo y Muga, y ayudaron a recogerlos antes de que los buitres no dejaran más que los huesos. “Alguna se podría aprovechar para La Moncloa” comentaba Miguel García dolido con los daños provocados por los lobos en el rebaño de ovejas de carne.

Recogida de los animales muertos José Luis Fernández

“No compensa nada seguir con esto, si el lobo es intocable esto cada vez va a ir a más. Cuando no es en un pueblo es en otro” reflexionaba el ganadero. “Al final habrá que vender todo, estamos hartos de disgustos” reaccionaba la titular de la explotación. Y mientras, los otros ganaderos mirando de reojo a sus ovejas, temerosos de que puedan correr la misma suerte. “Esto cada vez es más difícil. El lobo está más protegido que las personas” suelta uno de ellos.