“Tábara es un cruce de caminos que debe aprovechar el tirón turístico de la Navidad”

Santi Andrés Fresno es el alma mater y director de la iniciativa rural “Navidades con Ilusión” cuyo objetivo es convertir a Tábara en un epicentro turístico, histórico, cultural y gastronómico aprovechando la Navidad con rutas urbanas nocturnas entre el 17 de diciembre y el 10 de enero.

–Tábara fue, es y debería seguir siendo un lugar atractivo para visitar y para conocer sus valores históricos.

– Sin lugar a dudas. Tábara es un auténtico cruce de caminos entre Zamora y Galicia, entre Benavente y Portugal. Otro gran aliciente y atractivo es que por aquí pasa el Camino Sanabrés de la Ruta de la Plata, con un albergue.

–¿Cuál el principal valor y el emblema de la histórica villa?

– Su principal valor son sus gentes, sencillas, abiertas y acogedoras. Quien llega ni es ni se siente forastero. Así ha sido durante siglos y así seguirá siendo. Nuestro emblema es la iglesia románica de Santa María, declarada Monumento Histórico Artístico en 1931 y ahora Bien de Interés Cultural. Es un valor arquitectónico que encierra diez siglos de historia de nuestro patrimonio material e inmaterial. Cuando cruzas por la travesía de la Nacional 631, solo con ver la torre te sientes obligado a parar, verla y admirarla. Se trata de un templo, quizás el más antiguo de la comarca que fue consagrado por el obispo Roberto de Astorga en el 1137 levantado sobre los restos “Tabariense cenobium” de San Salvador. Una joya arquitectónica que rezuma historia y cultura.

– Un lugar además para conocer los facsímiles medievales.

– Santa María acoge desde hace varios años el Centro de Interpretación de los Beatos, donde podemos conocer los facsímiles de los beatos de Tábara, Morgan, Gerona y Las Huelgas. Tábara contó con un histórico Scriptorium donde se realizaron tres de los 21 códices que se conservan en el mundo. Se trata de auténticas obras de arte, maravillas. Los tabareses somos conscientes de que aquí se copiaron e iluminaron algunos de los códices más bellos de la Edad Media y nos sentimos muy orgullosos de ello. Un atractivo no solo para los turistas sino también para historiadores y estudiosos de todo el mundo o para los colegios para que los escolares y sus maestros descubran las maravillas que aquí hicieron entre otros el ilustre maestro Magius, Emeterio y la monja Ende.

–¿Cómo surge y cuáles son los objetivos de la iniciativa rural Navidades con Ilusión?

–Surge en 2020, un año por desgracia marcado por la crisis sanitaria. El confinamiento nos obligó a cambiar nuestras costumbres y rutinas a causa del distanciamiento social y la precaución. Al llegar el otoño surgió la idea de crear algo que permitiera a las familias, ya que no podíamos celebrar actos comunitarios, poner su granito de arena en una Navidad atípica y sin grandes celebraciones. Son unas fechas en las que hay una magia que no podemos perder.

–¿Ha calado la iniciativa entre los vecinos?

–Mucho. Para mantener viva la esencia y el espíritu de la Navidad entre los vecinos, incluso cuando la despoblación está al acecho del mundo rural. Se trata de animar a desarrollar una actividad diferente y que a la vez, directa o indirectamente, ayude a potenciar y animar la vida local mediante el consumo en los comercios, bares y restaurantes, que también han sufrido estos tiempos tan difíciles. Por esto los premios 500 euros no se entregarán en metálico, sino en vales de cinco, diez y veinte euros para canjear en establecimientos locales. El pasado año participaron 37 familias y una de las grandezas fue ver a padres e hijos, abuelos y nietos, trabajando juntos para montar sus belenes y decorar sus fachadas, casas y jardines. No solo se trata de valorar la originalidad, sino también la calidad técnica y humana, la creatividad e imaginación.

–¿Entre que fechas se podrá admirar Navidades con Ilusión?

– La inscripción finalizará el día 17 de diciembre y el fallo del jurado será el día 10 de enero. Haremos un mapa con una ruta turística nocturna debidamente señalizada para que tanto los vecinos, como emigrantes y visitantes puedan de una manera sencilla y organizada recorrer Tábara y disfrutar del alumbrado navideño.

–¿Aún perviven tradiciones antiguas propia de la Navidad?

– La pastorada de la cordera que se suele celebrar cada Nochebuena en la iglesia de la Virgen de la Asunción, ataviados con las capas pardas.

–¿Cómo y cuándo se recuperó el Auto de los Reyes Magos?

–Fue allá por la Navidad de 1963. Coincidió que yo regresaba de estudiar de los frailes y me decidí a recuperarlos. Se habían suspendido durante la Guerra Civil y no quedaba nada, tuve que recuperarlos a través de las transmisión oral con lo que recordaban los más mayores. Así llevamos 58 años celebrándolo cada día 5 de enero. En 2016 apareció un manuscrito original y se perfeccionó el Auto.

–¿Cuántos años lleva Tábara disfrutando del Belén?

– Desde 1995. Lleva 26 años, de ellos 22 gracias a la labor de Carlos Fresno Gago, un entusiasta que cada año lo instala en el interior de la iglesia de Santa María, para que pueda ser visitado no solo por los tabareses sino también por los foráneos. Este año destaca un acueducto en construcción que ha confeccionado basándose en dibujos e imágenes que reflejaban como los antiguos romanos hacían este tipo de construcciones. Estará abierto hasta el 14 de enero de 2022. Las figuras que conforman el Belén las ha ido adquiriendo Carlos a través de los años y los demás elementos y construcciones son fruto de su imaginación y un laborioso trabajo artesano que va ejecutando con paciencia a lo largo de todo el año.

–¿Habrá alguna novedad para esta Navidad?

–Sí. A raíz de Navidades con Ilusión un grupo de jóvenes se ha animado y van a ofrecer un Belén Viviente en las calles tabaresas organizado por Soraya, Bea, Azucena y Elena. Será los días 18 y 19 de diciembre y el 2 de enero, a partir de las 18 horas.

–¿Cuál cree usted que se el principal problema actualmente para el mundo rural?

–La despoblación. El éxodo rural iniciado en los años sesenta del pasado siglo trae ahora consigo que en la mayoría de los pueblos seamos cada vez menos y la muchos de la tercera edad. Los jóvenes se van a estudiar y una vez que culminan se quedan allí donde encuentran trabajo. Hace ahora un siglo Tábara contaba con 1.240 vecinos, en 1930 ya había 1.525, en 1940 subimos a 1594 para llegar en 1950 a 1699. Hoy quedamos solamente 740. Las cuentas no engañan, la cosa va muy mal.

–¿Cuál sería la panacea para frenar la despoblación rural?

–Como poco mantener los servicios públicos y las infraestructuras e implantar otros nuevos. Asistencia sanitarias, centro de salud con médicos y enfermeras, y carreteras, renovar la Nacional 631, son lo más vital. La carretera está muy mal y encima está el problema de la fauna. La gente prefiere ir por la autovía y hacer más kilómetros a venir por aquí y chocar con ciervos, corzos o jabalíes. Se está poniendo de moda el teletrabajo pero para eso hay que tener una cobertura adecuada de internet y telefonía móvil acordes con los tiempos y las necesidades. En Tábara por suerte ya disponemos de fibra óptica y banda ancha para todas las viviendas del casco urbano que los necesiten. Por desgracia en los pueblos más pequeños no es así.

–¿Siguen siendo la Navidad tiempo de vuelta a los orígenes?

–Sí, pero por desgracia a la baja: los tiempos están cambiando. Hasta no hace muchos años los hijos y nietos regresaban entre Nochebuena y Reyes a pasar las navidades con padres y abuelos. La población es cada vez más mayor y ahora los hijos prefieren llevárselos con ellos a la ciudad para tenerlos cerca y poder cuidarlos. En muchos casos los abuelos esperan al 1 de noviembre para honrar a los fallecidos y tras la festividad de Todos los Santos se van con sus hijos y no regresan hasta la Semana Santa.