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La Sanabria incomunicada

Linarejos es una de las muchas localidades zamoranas que no cuentan con una cobertura telefónica digna y estable

La Sanabria incomunicada

Llegar a Linarejos es como regresar cincuenta años atrás. Apenas hay cobertura ni internet, y la manera de comunicarse queda reservada a lo presencial. Si hay suerte, quizás sea posible encontrar a una persona en su casa o en el bar. Contactar con alguien por vía telefónica es poco menos que una utopía y se reduce a pocos espacios en el pueblo. En plena era de internet, Linarejos equivale a un reducto del siglo XX.

María José Boyanopasa los veranos en este pequeño municipio carballés. Como tanta gente procedente de la ciudad, Boyano cuenta con un servicio de llamadas e internet en el móvil. Sin embargo, al llegar a Linarejos su aparato se convierte en algo totalmente inútil. No puede hacer llamadas, ni chatear, ni buscar nada desde su casa a través de su internet. Su solución es aprovechar el wifi de algún vecino que le preste conexión o acudir a la era o a la entrada del pueblo en busca de una cobertura que aparece a cuentagotas. “Traigo al pueblo un teléfono por el que pago todos los servicios y aquí no me sirve para nada”, lamenta.

Bernardo Peláezreside todo el año en Linarejos. Es una de las pocas personas empadronadas en la localidad, y como tal, necesita de un router que le provea de conexión a internet y de cobertura telefónica. Desde hace tiempo, Bernardo paga por un servicio del que no disfruta. “Llevamos dos meses sin teléfono fijo. Pago por un servicio de 100 megas, de los cuales llega como mucho uno”, declara. A pesar de presentar constantes reclamaciones a Movistar, la compañía no le da una solución. “El técnico siempre dice que no es cosa suya, que su antena funciona y que el problema es de la cobertura del pueblo. Cuando le pido una alternativa, no me contesta”, lamenta.

En noviembre, el Ayuntamiento de Manzanal de Arriba instaló wifi comunitario en todos los pueblos del municipio, incluido Linarejos. Sin embargo, esta alternativa no ha supuesto una solución. “¿De qué nos sirve tener wifi público, si no llega a ninguna casa?”, se pregunta María José. Ellos tienen clara la verdadera solución. “La clave sería instalar un repetidor que permita aumentar la cobertura que llega de la localidad de San Juan de la Cuesta, que es la que nos manda la señal. Pero parece que ni a las empresas ni al Ayuntamiento les interesa sacarlo adelante”, apunta María José.

La falta de una cobertura digna afecta a muchas de las situaciones de la vida cotidiana de estos vecinos, algunas especialmente sensibles. El tema sanitario es sin duda el más grave. “Si tienes cualquier urgencia, es difícil contactar con los servicios de emergencia”, afirma. “Hay veces en las que desde el centro te dicen que te llamará el médico a lo largo de la mañana. Pero como no tienes cobertura en casa, tienes que ir a la era o a la entrada del pueblo a esperar a que te llame, perdiendo mucho tiempo”, señala la vecina. Este contratiempo se agrava en invierno, cuando el frío es intenso en estas zonas. “Es lamentable tener que salir a la calle de noche y con cinco grados bajo cero para poder comunicarte”, denuncia.

Este déficit desemboca en ocasiones en situaciones surrealistas, como la que cuenta Bernardo. “El otro día iba a venir el técnico. Su mensaje en el que me decía que vendría a mi casa entre las cinco y las siete de la tarde, me llegó al móvil a las siete y media de la tarde, por lo que ni pude contestar. Para rematar, el técnico ni siquiera apareció”, relata. Sucede lo mismo cuando llega algún paquete. “Pides algo y te quieren avisar de que estás en casa. Pero claro, no pueden. Si estás bien, y sino pues nada”, afirman.

El problema se extiende a pueblos contiguos como Pedroso, donde también tienen que hacer virguerías para comunicarse. “El otro día en Pedroso había cinco o seis personas en la era tratando de buscar conexión y varias de ellas buscaban llamar para solucionar alguna avería”, cuenta Bernardo. Hace solo unos días, los vecinos de Villanueva denunciaron la misma situación a través de un comunicado emitido por la Asociación Cultural ‘Los Antruejos’. Son muchas las localidades que están hartas de una falta de recursos que les impide desempeñar su vida con normalidad.

El contratiempo no solo limita las posibilidades de los vecinos y veraneantes de estos pueblos, sino que convierte en una utopía la opción de que nuevos habitantes se sumen a estas localidades. “Es imposible que nadie quiera venir a vivir con estas condiciones, y mucho menos si tiene que teletrabajar”, declaran María José y Bernardo. “Estamos en el corazón de la Sierra de la Culebra, somos reserva de la biosfera y tenemos un centro del lobo, pero no podemos llamar por teléfono. Estamos abandonados de la mano de Dios”, lamentan.

Los planes para repoblar la llamada ‘España vaciada’ parecían buscar revertir la situación, pero los servicios y las condiciones disponibles no ofrecen de momento ningún clavo al que agarrarse. Queda mucho camino por andar y mucha población olvidada que merece y necesita ser atendida.

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