“Ellos caminan por todos, son nuestra voz y la de muchos otros sectores que están quedando muy tocados; tenemos que poner de nuestra parte para apoyarlos”. El joven hostelero Héctor Tomás no se lo pensó ni un momento cuando recibió la llamada de los colegas gallegos para explorar la posibilidad de hacer noche en Pozuelo de Tábara en su peregrinaje hacia Madrid. “Les dijimos que contasen con nosotros para lo que fuera” cuenta Héctor.

En este pueblo de la comarca de Tábara los dos establecimientos hosteleros han puesto de su parte para acoger a los 7 compañeros y compañeras que ponen cara y voz al abismo que vive el sector como consecuencia de la pandemia. En el bar Yhasmin, Eugenia les recibió a mediodía con un buen plato caliente de alubias, carne de ternera y pollo. Y Héctor dispuso la cena y el alojamiento, donde los hosteleros gallegos encontraron el deseado descanso en la dura travesía que les lleva hacia el Congreso de los Diputados. Venían desde Ferreras de Abajo, 22 kilómetros que recorrieron en casi cinco horas en medio de viento y lluvia.

Protagonistas de la peregrinación, en Pozuelo. | Cedida

Son los avatares de la gran caminada por la salvación de bares y restaurantes, con la que quieren denunciar la asfixia que sufre la hostelería y exigir al Gobierno “un rescate que nos permita seguir con nuestros negocios” reclaman desde Pozuelo de Tábara. Este pueblo ha sido parada y fonda de los empresarios antes de su llegada, hoy, a Zamora camino de la capital de España. “Llegan cansados y muy machacados” observa Héctor. Por eso si algo agradecen especialmente es un fisioterapeuta que alivie los doloridos pies y los desgastados músculos después de casi 400 kilómetros pisando asfalto, desde que el pasado 7 de diciembre emprendieran la “aventura” en Pontevedra. Un profesional llegado de Tábara se encargó de la tarea.

“Bastante están haciendo por nosotros, por eso cada uno debemos aportar nuestro granito de arena y apoyar a los compañeros” expresa Héctor Tomás, quien regenta un bar restaurante en Pozuelo, también hospedería, donde no ha faltado un café caliente para los trabajadores ni siquiera en la época más dura del estado de alarma.

Un “fisio” atiende a un marchador en Pozuelo. | Cedida

“Durante el último cierre hemos mantenido abierta la cocina y se ha atendido a la gente con el tupper. Intentamos pedir permiso para abrir dos horas y que los camioneros se pudieran sentar a comer pero nada, teníamos que tener un surtidor al lado” cuenta el joven hostelero.

Ahora, con la “normalidad” medio recuperada, en Pozuelo vivían ayer un día especial con la presencia de Juanjo, Rafael, Eddy, Lorena, Dani, Antonio y Marta los siete empresarios y socios de Hoemp (Asociación de Hosteleros de Pontevedra, Poio y Marín) que abanderan la reivindicación del sector.

“Hemos llegado cansados, pero con el ánimo alto por el apoyo que vamos recibiendo por donde pasamos” contaban ayer en la tarde de descanso en Pozuelo. “Se están volcando con nosotros y vamos a seguir adelante porque los políticos nos tienen que escuchar. “Las ayudas no llegan y teniendo que cerrar a las cinco de la tarde (el caso de Galicia) y con las limitaciones de aforo es imposible tirar con nuestros negocios”.

Los hosteleros, todos en general, denuncian la “criminalización de un sector al que están echando la culpa de todo” lamentan los gallegos.

El paso por la provincia de Zamora forma parte de las 14 etapas programadas en la marcha reivindicativa desde Galicia, cruzando Castilla y León hasta la llegada a Madrid, prevista para el 21 de diciembre, en el Congreso de los Diputados. A Zamora entraron por Sanabria, han cruzado toda la Sierra de la Culebra para llegar hoy a la capital.