El Santuario de la Virgen de la Riberiña se construyó gracias a las donaciones de la reina Isabel. A dicho lugar acudía cada último domingo de mayo y en ocasiones especiales, como en sus peregrinaciones de Coimbra a Santiago de Compostela. En el último donó su Corona Real de Diamantes, y el día 12 de septiembre de 1297 para firmar en la capital alistana el tratado de la "Concordia de Alcañices" de las fronteras conocidas más antiguas de Europa, junto a Don Dinís, rey de Portugal, y Fernando IV "El Emplazado", rey de Castilla arropado, por su madre María de Molina y su tío Enrique.

Isabel murió de anciana, con 65 años, el día 4 de julio de 1336, en el Castillo de Extremoz. Su cuerpo fue llevado a hombros por su vasallos y devotos "sin dejar de llorar", durante siete días, era pleno verano, por tierras de "la Extremadura y el Alentejo" hasta Coimbra, donde recibía sepultura en el convento de "Santa Clara la Bella" .

Su imagen se venera junto a la de "La Riberiña" en el santuario fronterizo cada 4 de julio, "Día de Portugal", coincidiendo con la fecha de su muerte, algo que tampoco podrá hacerte este año. Fue canonizada por el papa Urbano VIII el 25 de abril de 1625. En honor a su aparición la Virgen de la Ribera se representa con una bella imagen a semejanza de las mujeres trasmontanas y alistanas, -cuando se apareció la raya no estaba definida como hoy la frontera-, y junto a ella a la pastorcilla con sus ovejas y su rueca para hilar su lana, sobre un manto terrestre y campestre de flores como las milagrosas "Rosas de Enero" de su milagro palaciego: blancas, rojas y amarillas.