Más de un centenar de personas de las poblaciones de Fermoselle y Sendín participaron ayer en la nueva edición de la caminata que por las laderas hispanolusas de Arribes del Duero, en una jornada " de convivencia" y de comunión con la naturaleza y de conocimiento de los valores etnográficos y culturales.

La actividad esencial programada en esta ocasión, al margen del saludable paseo por el arribanzo, centró su inquietud en seguir la huella dejada por el judaísmo en Fermoselle, y que está presente en los símbolos y signos grafiados y tallados en dinteles, puertas y paredes de no pocos edificios, entre ellos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y la ermita de Santa Cruz.

En unos y otros edificios del callejero de la villa existen muestras que dan fe del pasado de una villa que fue "judía por los cuatro costados". La puerta de la iglesia cuenta con grabados, la calle Terraplén hay casas con el símbolo y contó con un prostíbulo, en otros puntos se ven piedras desgastadas porque fueron utilizadas para afilar los cuchillos empleados para el sacrificio de animales. En La Palomberas hubo sinagoga. "Fue una ruta que nos dejó muy satisfechos y todos hicieron hincapié en que hay que poner en valor el patrimonio cultural porque lo que da visibilidad hacia fuera y fomenta el turismo" expresó ayer José Manuel Pilo.

Paseo fluvial

En esta ocasión la ruta partió del pueblo de Sendín, a donde se desplazaron los fermosellanos en autobús para iniciar en el pueblo luso el descenso por la vertiente hasta las aguas del Duero, en el escenario recreativo de Pisôes, donde fueron trasladados sobre las aguas del gran río en la embarcación de Naturisnor y lanchas de los bomberos de Miranda do Douro.

Fue un recorrido terrestre y fluvial de pleno contacto con la naturaleza y de disfrute de los valores paisajísticos que ofrece el cañón del Duero tanto en su aspecto acuático como geológico y avifaunístico.La comida tuvo lugar en la bodega del Pulijón a base de una paella, por la que recibió el reconocimiento la cocinera, y que fue degustada con tanto placer como deseo tras el descenso y ascenso arribeño. La caminata, organizada por la Asociación de Juventudes de Sendim Mirai q`Alforjas, contó con la colaboración de los Tamborileros Juan del Enzina, de la Fundación Conchita Regojo, de la Guardia Nacional Republicana, los Bomberos de Miranda. El alcalde de Sendim y el presidente de la Cámara de Mogadouro estuvieron presentes en la convivencia.