La paralización que sufre el sector de la construcción también repercute en el sector minero zamorano y, especialmente, en las canteras de granito como la ubicada en Fornillos de Fermoselle.

En esta explotación, puesta en marcha hace casi tres décadas, decenas de bloques de granito llevan meses alineados como un batallón romano formado para la batalla, no hay circulación de camión alguno, la maquinaria tronzadora de piedra que operaba en el corte ha desaparecido, las explosiones de dinamita han dejado de sonar, los portugueses que cortaban pequeños adoquines destinados al pavimento de las calles han ahuecado del sitio y dejado la maquinaria. Para colmo, la empresa también sufre el latigazo de los impagos.

Un absoluto silencio reina desde hace meses en la cantera de granito de Fornillos, la más importante de la provincia, pero aunque la extracción esté detenida la sociedad sigue dada de alta y con el stok listo para su venta.

El gerente José González lo expresa en pocas palabras: "se vende poco y se paga mal". Afirma que las cosas no están bien en el sector de la construcción y el granito no deja de ser un material especial, no es como el ladrillo o el cemento, que es más básico". "Moverse alrededor de la construcción y es algo que salpica" dice.

La comercialización de granito va ligada al dinamismo constructivo de viviendas, al arreglo de calles o a la renovación estética urbana. "Cuando van bien las cosas para unos también puede repercutir o beneficiar a otros, de lo contrario todos jodidos" manifiesta González, que sin embargo espera que las tornas cambien y "den, algún día, un giro".

De momento no ha dado de baja la actividad minera y aguarda que el sector vuelva a bullir. "Habrá que esperar a que se estabilice la situación, a que haya un equilibrio. Antes todo se compraba y se vendía, se compraba incluso sobre plano. Ahora hay menos hijos, menos necesidades de viviendas. La gente además está muy apesadumbrada porque hay hijos que vuelven a casa, otros que no trabajan, negocios que decrecen. Hace unos años había más optimismo" afirma José González. Además, asegura ,"aprietan de un lado y otro, y están los recortes. No llega el dinero y en Europa amenazan por no cumplir". Considera que "la Administración tiene que vendernos algo y decir cosas, pero lo tiene complicado porque ha tirado mucho de la vaca en autopistas, carreteras radiales y hay que?".

Los operarios portugueses que contaban en la explotación de Fornillos de Fermoselle con una instalación donde cortaban bloques de granito en pequeñas y cuadriculadas losas, destinadas al típico empedrado de las calles del país vecinos, abandonaron el puesto dejando toda la maquinaria. "Es la misma película. No cobran, dejaron las máquinas medio abandonadas y no vienen ni a por ella. Creo que, al dejarlo todo, terminarán volviendo para recoger lo que ha quedado de cualquier manera" señala el empresario.

La construcción de la vía ferroviaria de Alta Velocidad vino como anillo al dedo a la empresa granítica porque sirvió para que Ferrovial aprovechara miles de toneladas de escombro para su uso como balasto para el basamento del trazado. El empresario señaló entonces que el acuerdo consistió "en una entrega gratuita del material a cambio de que la concesionaria del material realizara la retirada del mismo". Fue una operación ejecutada en el año 1911, que movilizó durante largo tiempo a una importante flota de camiones de gran tonelaje y que sirvió para cumplir con un plan de restauración exigido en toda actividad minera extractiva con clara repercusión en el paisaje. José González reconoció que una retirada de escombros de tanto material resulta imposible para empresas pequeñas por la exigencias de maquinaria de machaqueo de la piedra y de una flota de grandes camiones para el traslado del mismo.

El granito sayagués goza de una calidad reconocida y su presencia realza las calles más céntricas, turísticas y pisoteadas de diversas capitales o ciudades. Granito Silvestre Sayago ha sido elegido para construir diferentes elementos de la Sagrada Familia de Barcelona. Piedranova precisa en su propia página que "se han fabricado piezas para diferentes elementos de la construcción, destacando la elaboración de complejas piezas para los ventanales de la Nave Central, así como baldosas, peldaños". Una aportación que para la empresa "es un honor".

El empresario José González considera que con los nuevos tiempos puede que haya que trabajar de otra forma y cree que la solución a la situación que atraviesa el medio rural pasa "por lo que hagamos cada uno porque de fuera no van a venir". Además, alude a una cultura "del hormigón, que es más práctico".

Así las cosas, en un espacio protegido y Reserva de la Biosfera como Arribes, la construcción de puentes u otras infraestructuras que debieran tener una estética se resuelven con unos tubos y unas cubas de cemento. "No hay espíritu por la cantería".