Los vecinos de Granja de Moreruela enviaron ayer una carta al Papa Francisco para trasladarle su malestar ante el cambio del párroco de la localidad, Manuel Iglesias, y su sustitución por Santiago Martín Cañizares, que ejerce en poblaciones próximas como la de Bretó, "un sacerdote con el que el pueblo ha mantenido y sigue manteniendo un litigio desde que el pasado año decidiera, de forma unilateral y sin informar a nadie, trasladar la talla de la Virgen de los Montes Negros, que desde el siglo XII se guarda y venera en la ermita de La Pedrera, a la iglesia de Bretó", aseguran los indignados feligreses granjeños en su misiva, y añaden sentirse "contrariados" por esta decisión del obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán.

Los disconformes afirman ser mayoría en Granja de Moreruela, como avalan las 300 firmas en protesta por el nombramiento de don Santiago como su párroco a partir del próximo mes de septiembre, firmas que como ya contó este diario enviaron al Obispado la semana pasada. La cantidad de signaturas recogidas supera incluso al número de vecinos censados en la localidad, y ahora han enviado una copia de las mismas al Sumo Pontífice junto con la carta y una colección de publicaciones en prensa acerca del enfrentamiento de los vecinos con el sacerdote de Bretó.

Los feligreses rebeldes aprovechan la carta para relatar a Jorge Bergoglio su visión de los hechos acontecidos tras la romería de La Pedrera en 2014, cuando descubrieron que la virgen había sido trasladada a Bretó por órdenes de Santiago Martín bajo el pretexto de prevenir un posible robo y realizar una copia de la talla, "que resultó ser una mentira más de las muchas que hemos tenido que oír de la boca de este sacerdote", afirman, además de acusarle de creerse "dueño y señor de los bienes de una iglesia que creemos que pertenece a todos, en particular a los feligreses que cuidan y adecentan el templo sin pedir nada a cambio".

Por otra parte, rechazan la reciente decisión del obispo de Zamora por la que la Virgen de los Montes Negros vivirá seis meses en cada pueblo. "La talla debe estar en la ermita, su casa desde hace siglos, donde vecinos, peregrinos y creyentes la veneran", manifiestan en su escrito al Papa, y tildan de "provocación al municipio" el nombramiento de un sacerdote "al que no queremos porque no ha respetado la voluntad del pueblo y nos ha tratado con una prepotencia y soberbia inexplicables cuando se trata de un representante de la Iglesia y de Su Santidad".

Por último, advierten al Papa Francisco que aunque son personas "muy católicas y practicantes no acudiremos a ninguno de los servicios religiosos oficiados por el citado sacerdote a partir de septiembre". Los feligreses que han escrito la misiva afirman ser conscientes de que es posible que el Papa no llegue a leer su carta en persona, pero no pierden la esperanza, "tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar la llegada del cura de Bretó", afirman a este diario.