El técnico forestal y de campo Carlos Soria, y la bióloga Marta Cruz, especializada en Zoología, comprobaron durante el desarrollo del estudio "Estimación de la población de lobo ibérico en la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra", que el lobo es también un buen consumidor de plantas y que no solo se sirve de carne y de carroñas para seguir adelante. En el citado estudio, realizado "mediante una combinación de métodos directos e indirectos", emprendido por Lobisome Naturaleza en el año 2013, hallaron numerosos excrementos de lobo con contenido vegetal.

Carlos Soria pone de manifiesto que "la razón de este ingrediente en la dieta de los lobos seguramente se deba a las pesadas digestiones que exige el consumo de carroña, que incluye pelo, hueso, pezuñas y cartílagos". Alude, además, que "estudios realizados en perros han revelado que existe una correlación entre problemas del tracto digestivo, como la gastritis, e ingesta de pasto como purgante".

Para Soria también "es posible que los lobos usen la hierba como alimento, un recurso siempre disponible cuando aprieta el hambre". Además, precisa el responsable del estudio, que "con el estómago vacío suelen presentarse síntomas de acidez, por lo que la respuesta innata sería un purgado a base de hierba".

Carlos Soria y Marta Cruz, responsables de la empresa de ecoturismo "Lobisome Naturaleza", radicada en Rionegro del Puente, y que se dedican al turismo ecológico y ético, señalan que "es curioso constatar que en todos los excrementos con elementos vegetales estaba presente la misma especie, el llamado trigo de perro (Elymus caninus). Se trata de una gramínea cuyo nombre científico ya alude al uso que hace de ella el género Canis". Añade que "la planta se distribuye por la región eurosiberiana peninsular y también por la mitad septentrional de la región mediterránea. Suele encontrarse en claros del bosque, pastizales húmedos y sotos, lugares que coinciden con los que suelen seleccionar los lobos para establecer sus encames, centros de reunión y cubiles".

335 muestras

Respecto a los excrementos de lobo con restos vegetales indica que "forman parte de un total de 335 muestras encontradas durante el estudio, además de 118 huellas y rastros, a lo largo de 77 transectos de 2,8 kilómetros de media". La superficie cubierta durante el trabajo fue de 825 kilómetros cuadrados y se invirtieron 52 jornadas de campo. Conforme al censo sobre el lobo elaborado en la Reserva de Caza de la Culebra, Carlos Soria estima que "existen tres grupos de lobos de reproducción segura, un grupo de reproducción probable y un grupo sin evidencias de reproducción". A la vista de estos datos cifra entre 30 y 45 los ejemplares que predan en el espacio lobero por excelencia del país. Asimismo dan por confirmada "la desaparición íntegra de una manada" que, en su criterio, "fue exterminada hace 6-7 años debido a la supuesta conflictividad generada con la cabaña ganadera del municipio de Villardeciervos".

En lo tocante a la polémica que envuelve al lobo y a las actuaciones realizadas por Lobo Marley, con el derribo de casetas, Soria afirma que "no favorece al ecoturismo, que debe dar ejemplo de comportamiento ético".