La villa de Tábara ha escrito sus aconteceres desde la noche de los tiempos, a la vera de la Sierra de la Culebra y el arroyo "Palomillo", hasta convertirse por méritos propios y de quienes en ella nacieron, crecieron y vivieron en sus feudos en uno de los lugares con más destacados de la península ibérica.

La biografía del ilustre San Froilán, que aparece en la Biblia Mozárabe de la Catedral de León del año 920, revela que el monasterio dúplice tábares, -punto de inflexión en el largo camino hacia la grandeza de Tábara-, fue fundado por él a finales del siglo IX bajo los auspicios de su fiel amigo y a la vez protector el rey Alfonso III: "Efidicavit Tabarense cenovium ubi congresavit ultramtramque sexun centies servi animas domino servientium ("Edificio el monasterio tabarense donde congregó más de setecientos monjes de uno y otro sexo al servicio divino".

Froilán, luego Obispo de León, asistido por Atilano, primer obispo de Zamora, residentes tabareses y luego santos, fundaron también el monasterio de Moreruela. Ambos arrasados y destruidos en el 988 por por la razia de Almanzor, lo mismo que hicieron con los cenobios de Sahagún y Eslonza.

Tras saquear los musulmanes las tierras de León y Zamora, entre ellas la hoy Tierra de Tábara, más que una restauración fue obligado afrontar una reconstrucción, pasando 149 años, hasta la consagración de la iglesia de Santa María actual, ubicada sobre las trazas del antiguo complejo monacal de San Salvador y convertida, con el paso del tiempo, en emblema de Tábara y uno de los templos más importantes del cristianismo en España y Portugal. Se consagró en el año 1137 por el obispo Roberto de Astorga.

El 3 de junio de 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico, pero aún así fue destinada a almacén del Servicio Nacional del Trigo. Su grave deterioro llevó a cinco restauraciones 1958 y 1962 (se restauró integramente la torre, mediante rastreo de los cimientos, y se reparó el pórtico románico, del que sólo quedaban dos arcos, saneando la techumbre). Según Menéndez Pidal y Pons Sorolla era "casi milagroso que aún se mantuviesen en pie torre e iglesia de Tábara con arcos en que faltaban sus dovelas centrales y grietas que atraviesan sus cuerpos altos". Se cerró al culto en 1925 y se reabrió el 8 de diciembre de 1991 El Ayuntamiento que reside José Ramos San Primitivo reconvertirá en breve la iglesia en histórico Centro de Interpretación Mundial de los Beatos.

Día 27 de julio del año 970. Es una de las fechas más importantes, insignes e imprescindibles para Tábara y su historia. Aquella tarde, de hace ya 1044, años el monje Emeterius, discípulo del pintor y calígrafo Magius (Falleció el día de San Fausto, 30 de octubre del 968), concluía el "Beato de Tábara", iniciado por su maestro, sin lugar a dudas uno de los libros altomedievales más preciados de toda la miniatura española e incluso de la europea.

En una de sus páginas reprodujeron la histórica torre "alta et lapidea" con su "scriptorium tabarense" donde años mas tarde el propio frater Emeterius, junto a Senior presbiter scripsit y Ende (En deprintix) -primera monja documentada de nuestra historia-, realizaron el Beato de Gerona (975), y donde Magius hizo el de San Miguel o Morgan. La imagen de la de torre es, según los expertos, la más "asombrosa de un scriptorium de la Alta Edad Media Europea".

La importancia del Scriptorium Tabarés de San Salvador la delata, según el mayor experto en la materia Jhon Willians, el que de los siete comentarios del Apocalipsis o Beatos Ilustrado que se conservan de los siglos IX y X (con una sola el del Monasterio de Silos es el mas antiguo), tres de ellos están relacionados con Tábara. Magius era quizás el mayor artista de aquellos tiempos, y él lo sabía, era consciente de su propio talento, recordando su nombre en acróstico en la segunda línea del Colofón. El Beato de Tábara está en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.