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Sanabria-La Carballeda

Corderos que mueren de hambre en Peque

El ganadero Rafael Lobato denuncia la pérdida de decenas de animales al no poder alimentar el ganado por falta de un camino de acceso a la granja

Corderos que mueren de hambre en PequeFoto L. O. Z.

Unos ciento cincuenta corderos muertos a lo largo del último mes, y la dificultad de alimentar debidamente a la explotación por la imposibilidad de acceder con camiones de pienso y paja, ha llevado al ganadero de ovino de Peque, Rafael Lobato, a denunciar estos días el desastre ante diferentes organismos.

El caso ha sido denunciado en el Juzgado de Puebla de Sanabria y puesto en conocimiento de los máximos responsables de la Junta de Castilla y León, de la Consejería de Agricultura y del Gobierno central, archiconocedores, por lo demás, del asunto.

Hoy mismo, está previsto que responsables de la Unidad Veterinaria se acerquen a la explotación para inspeccionar la misma y verificar si existe un estado que requiera la urgente adopción de medidas.

Este revés es un episodio añadido al problema de la gestión de los cadáveres que desde hace más de un lustro corre por los despachos de todas las administraciones y por los juzgados sin que, hasta la fecha, haya una solución concreta o no contradictoria, ya que la pelota rebota de unos servicios a otros, y de unas instituciones a otras. El expediente acumula miles de folios y parece reactivado tras haberse solicitado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

La situación ha llegado al extremo de que la madre del ganadero, de 85 años, «no quita de la boca la expresión de que nos están matando en vida», y una pequeña demora del hijo en llegar a casa ya la lleva a pensar que algo grave ha ocurrido. «Se teme lo peor».

El quid de las denuncias y de los pesares está en el denominado camino del Chanos con un tramo de poco más de dos metros de anchura que no permite el acceso de vehículos de más anchura. Y también en la retirada de los cadáveres de las ovejas muertas fuera de la explotación, que unas administraciones autorizan de modo temporal, haciendo vista gorda de la ley, y otras, agarrándose estrictamente a la ley, exigen al titular unos requisitos propios de una empresa de transporte de animales muertos. En consecuencia, denuncias y archivos de las denuncias han sido una constante sobre este particular. «Ha sido un acoso constante, porque me obligan a sacarlas y luego me denunciaban por hacerlo» dice Lobato.

La concentración parcelaria proyectada para Peque, y que suponen nuevos viales de conexión de las parcelas, es una solución anunciada pero está en una fase desconocida que ni siquiera aparece reflejada en la relación de los municipios inmersos en la reordenación territorial de sus términos. Otra posible solución es la posibilidad de retirar los cadáveres a una zona del monte, en virtud de la nueva normativa que permite establecer muladares. Esta autorización fue solicitada por el ganadero, «pero sirve para los animales muertos en el campo e incumple en lo tocante a los animales muertos en la nave por no disponer de vehículos autorizados para el transporte».

En su denuncia ante el Juzgado de Puebla, Lobato pone de manifiesto que «el mal estado del camino de acceso y la imposibilidad de acceder con camiones grandes, ni siquiera con un tractor con remolque, ha motivado que no pueda alimentar el ganado». Este problema se ha agravado en el último invierno, «ya que las precipitaciones han anegado el acceso a través de fincas particulares por el que accedía personalmente». Añade que esta situación ha provocado que los corderos no estén bien amamantados «por falta de alimento de las madres», a lo que se añade que «no se pueda sacar el abono producido por el ganado».

La explotación cuenta en estos momentos con más de setecientos animales y unos doscientos corderos. El ganadero señala que «la muerte de los corderos por falta de alimento podría constituir un delito de maltrato de animales». Precisa que «es un hecho no imputable al titular de la explotación, que no es responsable del corte del camino del Chano, sino de las autoridades administrativas del Ayuntamiento de Peque que se niegan a deslindar y amojonar un camino por intereses puramente políticos, y con el ánimo de perjudicarme, porque se han gastado 140.000 euros en construir otros caminos rurales para beneficio, entre otros, de la caza». Destaca el ganadero que, «con anterioridad, a base de esfuerzo y trabajo llevaba el alimento con un carretillo hasta la explotación, pero este invierno ha sido imposible». La muerte diaria de corderos, y de algunas ovejas, es una realidad conmovedora. «Van quedando los más fuertes porque los corderos débiles son los primeros en morir. Es una imagen lamentable y desgarradora» dice Lobato.

«Ahora hemos llegado a una situación lamentable y grave. Incluso he tenido que oír que sacrificara el ganado. Mi familia me dice que esto es lo que han perseguido durante años. Pero voluntariamente no lo voy hacer lo porque es un problema creado por la Administración. La defensora del Pueblo ha pedido documentación para ver lo que está pasando. Todos saben que tengo derecho a una entrada a una explotación en regla» expresa el ganadero, con un mazo de documentación en mano. «¿Si el vehículo de recogida no puede entrar cómo va a entrar el de alimentación?» se pregunta, y lo hace convencido de que hoy no faltará alguna muerte ante los ojos. En su criterio, «sino se toman medidas urgentes en quince días la muerte de corderos alcanzará unas cifras asombrosas».

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