Los vecinos de Requejo, que ayer festejaban animadamente a su patrón San Lorenzo, no esperaban tener una mañana tan accidentada como para que fuera desviado por la rotonda local, desde mediodía hasta primeras horas de la tarde, todo el tráfico de la autovía A-52 en sentido Benavente. La causa, el vuelco de un camión cargado de cerdos.

Mientras la procesión de San Lorenzo salía del templo a eso de una de la tarde, cientos de vehículos procesionaban por el pueblo mientras los operarios trabajaban con grúas en la retirada del vehículo.

Sobre las nueve y media de la mañana un camión que bajaba por la autovía en dirección a Benavente, procedente de Orense, se salió de su carril y volcó sobre la mediana, a la altura de la entrada de la autovía a Requejo. El conductor José Montero García salió ileso y por su propio pie, pero parte de su carga quedó «viva y correteando» sobre el asfalto. El camión transportaba desde la provincia gallega hasta Tarancón 180 cerdos. Unos 30 animales salieron despedidos del camión, algunos malheridos, y menearon sus jamones por la autovía y la mediana sin restricciones, aunque poniendo en peligro la circulación de ese momento. Una pareja que circulaba por los carriles de dirección Orense fueron los primeros en auxiliar al conductor. En la cuneta arrinconaron a una decena de cerdas de cría. Evitaban así que salieran de la cuneta a la carretera hasta la llegada de los agentes de la Guardia Civil del destacamento de Benavente y los primeros operarios de mantenimiento de la vía.

El conductor, pegado a su teléfono, sólo atinaba en un primer momento a entregar su permiso de conducir y el tacógrafo a los agentes de Benavente y Puebla desplazados hasta el lugar. Explicó que al llegar al desvío de salida de la autovía en Requejo «me despiste y el camión se fue».

El vuelco provocó que la mayor parte de los animales, más de un centenar, quedaran en la mediana atrapados entre las jaulas y las protecciones del camión. Parte de los ejemplares murieron en el acto y otros a causa de las heridas. Algunos cerdos intentaban desesperadamente excarcelarse con sus propias pezuñas y en medio de los chillidos de los verrones atrapados.

En el lugar del camión se quedó una veintena de cerdos atrapado entre quitamiedos de la mediana, que a medida que salían del atontamiento se agitaban más con el riesgo de salir a la carretera. Los operarios de mantenimiento de la autovía fueron recogiendo poco a poco a cerdada.

Dos animales consiguieron empero llegar a la carrera hasta el carril de aceleración de entrada a la autovía desde Requejo, pero una persona que se encontraba por la zona y el conductor de un turismo que se incorporaba en ese momento consiguieron evitarlo arrinconándolos contra la barrera. Los agentes de la Guardia Civil cortaron en un primer momento uno de los carriles de acceso a Orense. Las visitas ayer, de los vecinos de Requejo, se dirigían al paso pecuario de la localidad desde donde se divisaba el accidente de la autovía. La A-52 debería bautizarse como la autovía de la fauna, según algunos, ya que además de los corzos, jabalíes, lobos y ciervos que se cuelan hay que sumar los que caen de los camiones, desde tigres hasta cerdos. Ayer algún hostelero apostó por cerdo asado como comida para el día de fiesta.