Castilla y León confirma que no va a solicitar el toque de queda a la justicia

El vicepresidente Igea augura “dos o tres semanas malas” y niega que la vacunación se ralentice | La incidencia avanza sin freno en la comunidad

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, asiste a la entrega de los Premios nacionales de informática de la salud.

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, asiste a la entrega de los Premios nacionales de informática de la salud. / Ical

Agencias

Castilla y León no pedirá el aval de la justicia para poder decretar el toque de queda, como sí lo ha hecho la Comunidad Valenciana, ante el aumento de casos de COVID en una quinta ola que afecta especialmente a la población joven. Así lo anunció ayer la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, que no considera “oportuno” solicitar competencias para limitar la movilidad nocturna a nivel regional, pues ya se intentó previamente sin éxito.

Para la consejera, decretar un toque de queda es un “tema serio” que solo tiene sentido a nivel nacional, por lo que, a su juicio, debería plantearse en el Consejo Interterritorial de Salud. “El problema del ocio nocturno es que no solamente tienes que fijar el ocio nocturno regulado, sino también el ocio nocturno no regulado. Dejarlo así no es bueno, pero de momento nosotros no nos planteamos ir solos a hacer una iniciativa como esta”, ha explicado Casado.

Por su parte, el vicepresidente y portavoz, Francisco Igea, alertó ayer de que Castilla y León vivirá “dos o tres semanas malas” ya que, dada las experiencias de las olas anteriores, “menos de 14 días no se tarda en parar el ritmo de crecimiento del coronavirus, que en este caso es alto”. Tras el Consejo de Gobierno, destacó que la comunidad cuenta ya, por esta escalada en forma de pared, con 528 rastreadores, de los que alrededor de 200 corresponden al Ejército. La incidencia aumentó 72,86 puntos en las últimas horas, hasta alcanzar los 410,16 casos por cada 100.000 habitantes, por lo que se mantiene en riesgo “muy alto”.