La Consejería de Sanidad derogará el decreto de garantías de demora máxima para intervenciones quirúrgicas y se adaptará a la norma fijada para el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Esto se traduce en que los pacientes que precisan de una operación de cirugía cardiaca valvular, coronaria, cataratas, prótesis de cadera o de rodilla podrían esperar hasta 50 días más para ser operados -se pasará de un máximo de 130 a 180 días garantizados-, y en que para el resto de intervenciones no habrá tope de espera. No obstante, desde Sacyl se comprometen a que las intervenciones quirúrgicas de carácter oncológico y de cirugía cardiaca no valvular se realicen en un plazo máximo de 30 días.

Con esta medida, que podría acometerse en dos meses, la situación en Castilla y León se retrotrae a la aprobación del Decreto de 2008 que regula la garantía de plazos máximos en intervenciones quirúrgicas no urgentes y por el que se creó el registro de pacientes en lista de espera de Atención Especializada. Esta norma, que ahora la Consejería modificará, habilitaba al paciente, en caso de no cumplirse los 130 días, a elegir un centro para ser intervenido y obligaba a la Gerencia Regional de Salud a sufragar los gastos. Al adaptarse a la norma estatal, un decreto de mínimos aprobado en 2011, la Consejería sólo se fija un máximo de 180 días para los que deban ser sometidos a los cinco procesos citados, al tiempo que anula la opción de recurrir a la privada.

Con este paso, Castilla y León sigue la estela de Baleares y Navarra, que ya han derogado sendos decretos de garantías de demora. No obstante, la voluntad de la Administración es "mantener los ritmos actuales", por medio del incremento de la actividad en los centros propios, según explicó a Ical el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado.

En este objetivo jugará su papel la implantación del modelo de gestión clínica, cuya filosofía radica en dotar de mayor capacidad de gestión y organización a los servicios hospitalarios, y la ampliación de la jornada de los profesionales de Sacyl. De hecho, la estimación de la Consejería es que esta rebaja de la autoconcertación suponga más actividad ordinaria y un ahorro para las arcas de Sanidad de 14,3 millones en 2012 y 2013, a razón de 9,8 millones y de 4,5 en cada anualidad, respectivamente.

"La derogación del decreto no tiene por qué tener una gran incidencia en la evolución de las demoras. Queremos aumentar la productividad, porque aquí se han incrementado mucho los recursos materiales, tecnológicos y humanos y la actividad no ha evolucionado al mismo ritmo. Se han hecho grandes esfuerzos en tecnología e infraestructuras, y estas inversiones hay que rentabilizarlas con recursos propios", indicó Sáez.

La medida se enmarca también dentro de la decisión de su departamento de reducir los conciertos quirúrgicos, que el año pasado ascendieron a 20, 22 millones de euros. En concreto, la previsión es reducir en 30 millones anuales la partida global de la actividad concertada, que en su conjunto se elevó en 2011 a 166, 84 millones.

Jerarquizar la lista

La decisión introducirá otros cambios, como la jerarquización de la lista de espera. En el seno de la Consejería se está trabajando en una sistemática para identificarlos procesos de mayor impacto a partir de tres criterios: gravedad del proceso, su impacto en la calidad de vida del paciente y el sociolaboral del mismo.

"Vamos a intentar establecer también jerarquías dentro de las intervenciones quirúrgicas en espera. Una operación de juanete no es un proceso grave. Es un proceso que genera molestias pero que puede esperar más que otros considerados de urgencia vital. La situación actual nos obliga a priorizar sin dejar de atender al conjunto de la población", concluyó el consejero, quien reiteró que la sostenibilidad del sistema pasa no sólo por ajustes, sino por cambios organizativos y estructurales, algo en lo que ya se trabaja, por ejemplo, con las unidades de gestión clínica.

Panorama nacional

Si se observa el conjunto nacional, Castilla y León fue una de las comunidades autónomas más comprometidas con la lista de espera al regular en 130 días la demora máxima para todas las intervenciones. De hecho, de las que cuentan con normativa, sólo la mejoran La Rioja, con 100 días; Castilla-La Mancha, con 90 días, y Canarias, que fija tiempos máximos de espera sólo para 61 procedimientos quirúrgicos, 90 días para los 27 más comunes y 150 para otros 34. Murcia, también se encuentra en los primeros puestos, con 150 días.

No obstante, la regulación es muy heterogénea. Por ejemplo, en Madrid los tiempos máximos de demora no están regulados, pero existe un compromiso institucional de 30 días; la Comunidad Valenciana en su plan de garantía se marca como objetivo una demora de acceso de 45 días; en Asturias no existe regulación sobre los tiempos máximos de acceso en intervenciones quirúrgicas; mientras que en Andalucía, por ejemplo, se fijan 180 días, excepto para once procesos que son 120 días.

La norma en Aragón se marca un máximo de 30 días para cirugía cardiaca y oncológica y de 30 a 180 para cataratas, prótesis de rodilla y cadera en función de la gravedad. Mientras, en el País Vasco son 180 para todas las intervenciones, excepto para cirugía oncológica, que son 30 días y para cirugía cardiaca, que son 90. En Galicia, Extremadura y Cantabria se marcan 180 días, así como en Cataluña, aunque en éste caso son 180 días pero sólo para 16 procedimientos.

Fotografía a abril

Los últimos datos sobre la situación de la espera quirúrgica en Castilla y León indican una demora media de 56 días, frente a los 61 que sumó la media del conjunto nacional a lo largo del primer trimestre de este año. De los 27.436 pacientes que esperaban una intervención, el un 82,7 por ciento tenía que aguardar menos de 90 días y el 90 por ciento se encontraba dentro del objetivo de garantía de demora de los 130 días.

Atendiendo a las especialidades, las que acumularon mayor tiempo medio de espera eran cirugía cardiaca (88 días), cirugía pediátrica (72), junto a angiología y cirugía vascular (66), seguidas ya por debajo de los 60 días por traumatología (55) y oftalmología, entre otras.