Cultivar setas comestibles en casa es posible. Puede hacerse en paquetes, tarros de vidrio, leños de madera. El suelo no tiene mayor importancia, lo interesante es que sea un lugar sombrío. Estas son algunas de las cuestiones que ha puesto sobre la mesa el profesor José Luis Sierra, uno de los ponentes de las XV Jornadas Micológicas que se celebran en Benavente esta semana.

El presidente de la Asociación Micológica de Benavente, José Miguel Juan, muestra unos ejemplares del huerto micológico. | E. P.

Explica Sierra que “una persona que tiene huerto, puede dedicar una parte de ese huerto a una zona micológica. Reservar dos, tres metros cuadrados o un pequeño invernadero. Todo depende del tiempo que desee producir setas”. En este sentido, Sierra, quien asegura ser un aficionado a la Micología y disfruta del consumo de setas durante todo el año, indica que “si lo que se prefiere es que se produzcan setas como en la naturaleza, es decir, al aire libre, no necesita ninguna instalación. Basta con materiales concretos en la zona sombría del huerto, bajo un árbol en la sombra de una casa, en una zona húmeda y fresca. Eso sería un primer acercamiento a una huerta micológica”.

Si lo que se desea es tener setas más tiempo, no solo en primavera y otoño, sino también acercándose al final de la primavera u otoño tardío, bastaría con que hiciera una instalación en esa misma zona y cubrirlo unos metros cuadrados. “Si lo que desea es tenerlo todo el año, es lo mismo, pero cubriendo esa instalación con manta térmica o láminas de porespan o algo similar a aislantes térmicos. Sobre todo, en esta zona que hiela en cuanto nos metemos en noviembre”.

Explica José Luis Sierra que hay que tener en cuenta también que hay especies que son propias del invierno como la Flammulina Velutipes. “Esta seta nace en enero y febrero. La siembra sería adecuada en esta época. Otras, requieren altas temperaturas y sería mejor cultivarlas en julio para que produjeran en agosto y septiembre”.

Requisitos a tener en cuenta

Cada especie necesita sus cuidados pero hay una serie de aspectos que comparten. “El sol no interesa nada. Posiblemente estropearía la producción. Ellas lo que requieren es una zona sombría, con temperaturas para producir entre 10 y 20 grados, libres de vientos que hacen mucho daño y nada más. Después es buscar la especie más adecuada para cada momento”.

Sierra cuenta con un Aula Micológica en Villabalter en la que tiene un invernadero especialmente diseñado para cultivar setas todo el año, “de modo experimental, como hobbie, no para vender. Todo el año tengo setas en casa. En ese sentido animaría a la gente que asistiera a los cursos que imparto porque en seis horas aprenden a cultivar variedad de especies. Mi objetivo es que la gente que tenga una huerta dedique un espacio para las setas para el autoconsumo”.

A Benavente el profesor ha acercado algunos ejemplares de su huerta micológica. Se ha podido ver especies que hace 30 años era imposible cultivar, unos tocones fructificados con Lentinula edodes (Shiitake) o unos paquetes absolutamente cubiertos por unas hermosas fructificaciones de Pleurotus ostreatus.