La quinta nave del CTLB, una plataforma climatizada de intercambio de paquetería que se asentará sobre una parcela de 6.900 metros cuadrados con una edificabilidad permitida de 4.005 metros, ha avanzado de manera importante en apenas dos días.

De todas las naves de complejo logístico, incluida la nave G, cuyo contrato se formaliza esta semana, es la única que está diseñada con un espacio completamente diáfano en su interior.

Esta característica no es casual. Así lo pidió la empresa que ya tiene comprometido el arrendamiento íntegro del espacio. El nombre de la empresa no ha trascendido.

En 24 horas se han levantado todos los pilares sobre los que se asentará la cubierta. La empresa adjudicataria se comprometió a reducir el tiempo de ejecución de las obras en varios meses sobre los 11 estipulados en el pliego de condiciones, por lo que esta nueva nave, la quinta y penúltima que se alzará en terrenos del Benavente II, podría estar en funcionamiento en el otoño de 2023.

La nave G, cuya construcción será también inmediata, tiene el mismo plazo de ejecución con la misma constructora.