El toril de Benavente fue reformado hace cinco años. Se construyeron nuevos corrales en un espacio que se usaba como almacén, se habilitó una zona de acceso público para que la población pudiera ver al animal a través de una mampara sin molestarlo, y se construyó un nuevo mueco para garantizar la seguridad del animal y de los enmaromadores.
Aquella fase estuvo lista en junio de 2017 y los benaventanos pudieron por primera vez el toro a través de una ventana acristalada sin que el animal si apercibiera, y sin hacer cola bajo el tórrido sol del comienzo del verano. Pese a todo, la instalación requería algunas mejoras y las Concejalías de Fiestas y de Urbanismo impulsaron una segunda actuación que quedó frenada por la pandemia.
Esta segunda fase se presupuestó en 32.000 euros. Además de las mejoras de seguridad, los técnicos del Departamento de Urbanismo diseñaron un cambio estructural de la fachada con un cerramiento completo, sustituyendo el espacio abierto al aire libre por un gran ventanal. Finalmente se descartó "para mantener el espíritu del toril tal y como está".
La segunda fase ha costado finalmente 12.000 euros. Aunque durante el acto de presentación tanto el alcalde, Luciano Huerga, como la concejala de Fiestas, Patricia Martín, hablaron de 4.000 euros, esta es en realidad la cantidad que ha costado únicamente el cambio del tejadillo sobre la dependencia del mueco, donde se enmaroma al animal.
La actuación ha incluido la dotación de barandillas y mamparas de chapa para la seguridad del personal de mantenimiento y del público en el espacio interior donde se ubican los corrales. También el estrechamiento de la manga que comunica el corral con el mueco, que pasa a tener una anchura de 1,10 metros aproximadamente. Y el repintado de toda la instalación.
"En el día de hoy presentamos aquella segunda fase que quedó pendiente, que consiste en un cambio de la techumbre de la zona interior, así como una mejora de la manga, porque con el paso del tiempo se ha visto que era necesario reducir el ancho de la para que los toros no puedan girarse ni darse la vuelta, que sean dirigidos hacia el mueco", ha explicado el alcalde.
Huerga se refiere al episodio protagonizado en 2017 `por Razonador. El astado llegó a encabritarse sobre la pared de la manga y pese a su mole dar la vuelta hacia los corrales. Con el estrechamiento de la manga se pretenden evitar contratiempos como aquel y garantizar el tiempo suficiente para el enmaromamiento.
"Se pretendía estrechar la manga que conduce al animal al mueco. Hubo un año que se quiso girar y veíamos necesario estrecharla. Queda una anchura de un metro diez aproximadamente para que el animal entre directamente y haya seguridad a la hora de enmaromar", explica Patricia Martín.
La responsable de Fiestas recuerda que estas actuaciones tienen como objetivo mejorar "el bienestar del animal cuando se enmarome, porque hasta las siete y cuarto de la tarde el toro no pasa al mueco. Que los enmaromadores tengan tiempo y que no haya ninguna circunstancia por la que el animal pueda darse la vuelta por la seguridad como siempre hemos hecho".
También se han instalado "las vallas de seguridad para la gente pueda verlo desde arriba del corral. Se ha chapeado para que tengan la máxima seguridad y no haya ningún percance", señala también Martín, que también ha referido la sustitución del tejadillo sobre la zona de enmaromamiento.
El alcalde reconoce que inicialmente "había una previsión más ambiciosa". Por eso se presupuestaron 32.000 euros. "Vimos que era necesario porque eran cambios estéticos y entendimos que nos gustaba el toril tal y como está en estos momentos y la realización del proyecto realizado inicialmente por Urbanismo suponía cambiar la concepción de la fachada y una serie de cuestiones", explica.
"Con unas pequeñas mejoras, las fundamentales, el resto de condiciones estéticas, por no cambiar la imagen, no eran necesarias y poder destinar esos fondos a otras cosas con más preponderancia", ha precisado.
"Estos son los elementos fundamentales de esta segunda fase que al final ha tenido una renovación integral del toril y la construcción de unas instalaciones del siglo XXI que protegiesen de las mejores formas posibles al animal y que también, y esto sí que forma parte de la primera fase, que los benaventanos pudieran verlo de la mejor forma posible", ha subrayado Huerga.
Las razones de la reforma, tanto en la primera fase como en la segunda tenían como objetivo la modernización de las instalaciones. "Se habilitó un ventanal en las mejores condiciones y que el animal no pudiera ver y sobre todo que la población, los días previos al toro, concretamente el martes a su recepción y durante la mañana del miércoles puedan verlo a través del ventanal y con la máxima seguridad y pudieran disfrutarlo".
"No todo el mundo es corredor, ni todo el mundo puede verlo en las distancias cortas y sobre todo nos apetecía que el festejo, sobre todo para las personas mayores y para los más jóvenes, los niños, que no pueden participar en este tipo de festejo, pudieran tenerlo, sentirlo y verlo muy cerca", ha apostillado.
