Zamora acogió ayer el primer taller "participativo" organizado en España, enmarcado en el proyecto Life Eurograndes Carnívoros, que pretende la mejora de la convivencia humana con el lobo, el oso, el lince y el glotón "a través de la comunicación y la cooperación transfronteriza". Zamora, Salamanca y el territorio limítrofe portugués es una zona de la península ibérica integrada, junto con otras zonas transfronterizas de Europa (Francia-Italia, Hungría-Eslovaquia-Ucrania, los países escandinavos, Austria-República Checa-Alemania, Alemania-Polonia, Rumanía, Croacia-Eslovenia y Austria-Alemania) en un proyecto coordinado por Fondo Mundial para la Naturaleza. El presupuesto supera los seis millones de euros y cuenta con una contribución de la Unión Europa de 3.613.823 euros. El desarrollo se extiende hasta el 28 de febrero del año 2022.

La región al sur del río Duero ha sido elegida por ser un área tradicional de mantenimiento de ganado y un enclave lupino. Las actividades del proyecto tienden a dar "una resolución al conflicto y a mitigar los daños para los agricultores".

El taller de "elaboración de un mapa de actores sobre el conflicto en torno al lobo en Zamora y Salamanca" tuvo lugar, en el Museo Etnográfico, el mismo día en que el servicio de recogida de animales muertos retiraba una tanda de ovejas matadas por el lobo en la explotación de José Antonio González, en San Juan de la Cuesta. La lobada se saldó con catorce animales muertos y otras seis heridas, cuyo final está por ver. El degüello ocurrió la pasada semana al separarse el ganado y quedar una treintena desperdigada. El ganadero temió lo peor cuando al día siguiente vio llegar a una punta, algunas heridas. También sucedió que, aunque cuenta con once mastines, todos se encontraban con el mayor hatajo. Esta lobada viene a sumarse a la sufrida el pasado noviembre con casi una treintena de muertes. "Hay mucho dinero para reuniones, se paga el lobo a buen precio en las subastas pero el ganadero que es el que alimenta al lobo, lo paga con sus seguros" expresaba ayer el ganadero sanabrés, que hace alusión a otros daños que acompañan a las lobadas. "Hay ovejas con crías a las que se les corta la leche a causa del estrés, y yo tuve que alimentar a biberón a 40 corderos, entre huérfanos y los que no podía criar la madre" manifestaba ayer.

En el taller participativo tomaron parte en una especie de mesa redonda más de una decena de personas, pertenecientes al sector de la caza, de la educación ambiental, del ganadero, de las organizaciones agrarias y también de las organizaciones no gubernamentales de conservación. Estuvieron presentes, entre otros, el delegado provincial de Caza José Antonio Prada, el veterinario y gestor cinegético Tomás Yanes, el ganadero sanabrés Alberto Fernández, el responsable de la empresa Llobu Javier Talegón, el cuidador del lobo en el Centro de Robledo Carlos Sanz, el coordinador de la UCCL en Zamora Enrique Cortés, y el presidente de Azadecap Antonio de José.

WWF España, que tutela el proyecto en España, prefirió tratar el encuentro con toda reserva y sin imágenes. La reunión sirvió para dar voz a los diferentes intereses que existen con el lobo de por medio, y donde se pone de manifiesto, en palabras de José Antonio Prada "que debe primar el sentido común"

El objetivo de esta reunión, según consta en la convocatoria, "es mejorar la comprensión sobre la problemática local en relación con el lobo, sobre las diferentes perspectivas de los principales grupos de interés, dialogar sobre las conexiones y relaciones entre los diferentes agentes implicados, potenciar un mayor conocimiento mutuo entre las personas asistentes y una mejor comunicación entre los diferentes grupos de interés y, finalmente, recopilar la información necesaria para realizar una comparativa de la situación entre los diferentes países".

En la descripción del proyecto Life se pone de relieve que "de las 33 poblaciones de grandes carnívoros europeos, solo cuatro se pueden encontrar en un solo país, lo que implica que el 88% son de naturaleza transfronteriza. Algunas de las poblaciones abarcan hasta ocho Estados miembros de la UE. Dado que las legislaciones, las condiciones socioeconómicas, los enfoques de gestión, los niveles de aceptación, el estado de protección y muchos otros parámetros difieren (a veces muy fuertemente) entre países, la introducción de métodos de gestión y conservación a nivel de población puede ser un desafío". Este problema, se precisa, "tiene sus raíces en la falta de acción coordinada y comunicación insuficiente entre los actores de la conservación, las autoridades y las partes interesadas en los diferentes países".

Está previsto que se desarrollo "al menos 40 talleres regionales o transnacionales y una conferencia internacional, con la asistencia de más de 3.000 participantes"