La represión sufrida por los trabajadores, tanto manuales como intelectuales, protagoniza las II jornadas culturales de CGT en Zamora abiertas ayer con una doble exposición en el claustro del Colegio Universitario.

Una serie de fotografías del francés Albert Louis Deschamps aproximan a la retaguardia de los soldados sublevados. A través de su objetivo este fotógrafo en 1938 y 39 captó tanto la destrucción que conlleva una contienda en imágenes tomadas en Madrid, Barcelona o Aragón, como cómo prosigue la vida diaria en tiempos de guerra con instantáneas de una cartelera de cine, una procesión de Semana Santa o una feria de ganado en el Alto Aragón. En las 60 fotografías en blanco y negro, facilitadas por la Junta de Castilla y León, también existen retratos, como el del propio autor con militares. "Este fotógrafo ofrece una mirada bastante imparcial que nuestra los desastre que deja toda guerra", subraya el secretario general del sindicato en Zamora, Eduardo Velasco.

La exposición fotografía se complementa con una muestra documental de los tres expedientes abiertos al intelectual zamorano Agustín García Calvo en la segunda mitad de los años 60 del pasado siglo. Los documentos procedentes del Centro Documental de la Memoria Histórica que "por primera vez" se exhiben al público gracias al consentimiento de la familia del intelectual zamorano y de un convenio firmado entre la CGT de Zamora y el antiguo Archivo de la Guerra Civil de Salamanca. Una veintena de diapositivas permiten conocer los expedientes realizados a Agustín García Calvo en los años 1965, 66 y 68.

"García Calvo es uno de los chivos expiatorios de la represión del Régimen porque aquellas voces que tenían mucho seguimiento entre los estudiantes y que no eran afines, había que acallarlas", asevera Velasco que afirma que "las causa que esgrimen son totalmente anecdóticas", como "reunirse con los estudiantes o por fundar una asociación ácrata".

De los tres expedientes abiertos, dos fueron sobreseídos y únicamente uno llega a juicio, el segundo. "En este momento Agustín ya está apartado de la docencia y asiste a una reunión como uno más. El asunto llega a juicio y le condenan a la cárcel y como se fue a Francia no entró en prisión", concreta. "Agustín no tenía una vigilancia, él marcha y luego regresa y de hecho a su regreso se le vuelve a abrir otro expediente. Es una figura simbólica en la represión con respecto a lo que él representaba", enfatiza Eduardo Velasco.

Las jornadas prosiguen hoy con el desarrollo de una mesa redonda titulada "A pico y pala", donde Cándido Ruiz y Javier Revilla profundizarán en la represión vivida por el movimiento obrero en Zamora, mientras el viernes, fecha de conclusión de la propuesta cultural, profesores de la Universidad de Sevilla analizarán la situación que vivió Agustín García Calvo cuando tomó posesión de la cátedra en el centro universitario hispalense en los años 50.