Es el mismísimo Manuel Fraga quien pide a José Manuel Otero Novas (que había sido hombre de confianza de Suárez y ministro de Presidencia y Educación ) que vaya al Congreso. "Arreglé algunas cuestiones de trabajo y aunque inicialmente se pensaba en mí para Orense, me vi como cabeza de candidatura del PP por la provincia de Zamora. Llegué allí, me reuní con el Comité Ejecutivo provincial y tuve que soportar que me calificaran de "cunero" y que manifestaran su protesta contra el partido por ello. Les dije que era verdad, que era cunero pero que yo no había pedido ir en la lista; que, no obstante, una vez metido en ello, podían estar seguros de que me preocuparía por la provincia como si fuera natural de ella". Así relata José Manuel Otero Novas sus inicios como diputado nacional por Zamora, en el libro que acaba de presentar: "Lo que yo viví: Memorias políticas y reflexiones" (Editorial Prensa Ibérica).

Efectivamente, se implicó al fondo en la campaña, "hablé con muchos miles de personas, de todas las edades, en todos los pueblos". Y, según cuenta, no le fue mal. "El PP había perdido las dos anteriores elecciones generales en la provincia. Yo decía a las gentes que Aznar era persona de palabra, seria y él me prometió allí, en Zamora, que cuando él ganara las elecciones yo sería ministro de su Gobierno. Esta vez ganamos, pese a que el cabeza de lista del PSOE era ministro en activo, de Agricultura, y era natural de la provincia, una provincia agraria para más señas".

Pese a los recelos iniciales, Otero Novas recibió el apoyo del partido en la provincia. "Me llevé la grata sorpresa de que algunos de los miembros del PP de Zamora que mayor hostilidad demostraron a mi designación como número uno de la lista en el seno del Comité Ejecutivo provincial me ayudaron espléndidamente: eran gentes muy nobles". Y, por su parte, "cumplí mi promesa. Tenía la teoría de que una provincia como Zamora necesitaba, además de mejorar su renta de la tierra y otras, conseguir algunos pequeños focos industriales que ofrecieran posibilidades de empleo para que los jóvenes no tuvieran que emigrar. Y durante aquella legislatura me propuse y conseguí la implantación de una nueva e importante industria en Benavente".

En el libro Otero Novas hace varias referencias a Juan José Lucas, por entonces presidente de Castilla y León, con quien no tenía demasiada sintonía. "Estaba entusiasmado con el cargo; me preguntaba por cuestiones de protocolo y me decía con autoadmiración que él gestionaba un presupuesto superior al de muchos ministerios". Pero tuvo sus roces. "Yo iba al menos una vez al mes a Zamora, dos o tres días cada viaje. Pero llegó un momento en que Juan José Lucas consideraba que mi obligación como diputado por Zamora era acompañarle a él en cada una de sus visitas a pueblos de la provincia; me lo requirió expresamente en una ocasión en que yo tenía reuniones del grupo parlamentario para hacer algo que me encargaba Aznar. Le planteé entonces a Aznar que no podía estar al mismo tiempo en Madrid y Zamora, que me dijera cuál debía ser mi preferencia. Como es lógico, me dijo que mi obligación preferente era la del grupo parlamentario y que no me preocupara del enojo de Juan José Lucas, que de eso se ocuparía él".

Entre los personajes a los que hace referencia Otero Novas en su libro hay uno de su especial predilección, el benaventano Federico Silva Muñoz, a quien dedica un apartado específico. De hecho, Silva Muñoz (que había sido ministro de obras públicas) ayudó a Otero Novas a conseguir una beca para una academia que preparaba las oposiciones a abogado del Estado. La amistad entre ambos políticos fue una constante en los años siguientes.

José Manuel Otero Novas podría haber sido de nuevo diputado por Zamora, una nueva legislatura tras las elecciones de 1993, pero se lo impidió su tocayo Peñalosa, a la sazón presidente provincial del partido, en un movimiento en el que intervino Juan José Lucas.

"Cuando llegan las elecciones de 1993 me llama Mariano Rajoy en nombre de Aznar porque quieren que vuelva al Parlamento. Aunque era número uno de Zamora, debía presentarme por aquella provincia como número dos". La razón no era otra que "Juan José Lucas quería poner de número uno a Peñalosa, un joven y simpático bachiller que era presidente del partido en Zamora, concejal y diputado provincial y que se ocupaba de conseguir discretos apoyos económicos para el partido". No debían llevarse muy bien, ya que, explica Otero Novas en sus memorias "yo sabía que por detrás se refería a mi como "Fray Otero" porque, aunque no utilicé para nada argumentos religiosos, hice la campaña distinguiendo los principios del socialismo y los nuestros (no parece que a la gente le repugnara, el PP había perdido las dos elecciones anteriores y yo las gané)".

Al final, "Peñalosa fue mi sustituto y tras obtener un puesto en Madrid fue imputado por actuaciones previas, aunque afortunadamente sin consecuencias. Le dije a Mariano Rajoy que me parecía degradante ir de número dos donde en ese momento era el número uno; que daría una penosa sensación de agarrarme al escaño a toda costa, algo que además no se correspondía en nada con la realidad; que les agradecía el gesto pero que declinaba el ofrecimiento. Todavía me volvió a llamar de nuevo para decirme que me comprendía y que me ofrecían al número uno por Almería". Y ahí acabó la relación de Otero Novas con Zamora, aunque continuó colaborando con el PP como miembro del Comité Ejecutivo.

El político vigués (1940) vive actualmente al margen de la política. Ejerce la abogacía en temas empresariales, es presidente del Instituto de Estudios de la Democracia de la Universidad CEU San Pablo y miembro del Jurado de Ciencias Sociales de los premios Princesa de Asturias. En su libro de memorias desvela los entresijos de la política desde su privilegiado puesto de actor de primer orden, como ministro de Presidencia y Educación y su relación con importantes personalidades como Adolfo Suárez, Manuel Fraga o José María Aznar.