La planta del cacao se cultiva en el ecuador del planeta y los frutos de mejor calidad proceden de los países caribeños. De la producción total, solo una pequeña parte -menos del 7%- se cultiva con criterios ecológicos y obtiene la certificación. Una proporción aún más menuda viaja desde Ecuador y República Dominicana a un pueblo de Zamora, Moraleja del Vino. Allí, el obrador «Tierra Dulce» lo convierte en sugerentes tabletas de chocolate.

El producto final, además de ecológico, es de comercio justo. «Las personas que lo trabajan reciben un salario justo y se cultiva en extensiones pequeñas», explica Yolanda Fidalgo, responsable del obrador que ayer recibió el premio de Ecocultura al mejor operador ecológico «por la implicación del proyecto con el medio rural». Sus tabletas, además de naturales y sabrosas, también tienen conciencia.

Con una empresa zamorana se reanudó el citado galardón, que conlleva un premio en metálico de 3.000 euros, y que se suspendió el pasado año por la retirada de la financiación de parte del Instituto Técnico Agrario de Castilla y León. El diputado de Agricultura, Gaspar Corrales, anunció la identidad de los vencedores, la zamorana Yolanda Fidalgo y el madrileñoPaul Octavio que se apresuraron a recibir de parte del presidente Martínez Maíllo la placa que simboliza la distinción. «Es un orgullo y un apoyo para nosotros recibir este galardón después de dos años de trabajo», aseveró Fidalgo. Los promotores del proyecto «Tierra Dulce» reconocieron que el inicio de la actividad ha sido «dura, pero muy gratificante» y, además de agradecer el galardón, elogiaron Ecocultura por el «escaparate» que supone para la producción de carácter ecológico.

El reconocimiento viene a premiar la labor de transformación que realizan en el obrador. «Recibimos el producto en parte procesado y nos encargamos del templado», explican. La tarea consiste en «subir la temperatura del chocolate a 50 grados, la bajamos a 28 y después la estabilizamos a 32 para que los cristales se coloquen bien y el producto final esté apetitoso y crujiente», explica Yolanda Fidalgo.

A partir de ahí entra en juego la creatividad para convertir el chocolate en tabletas de diferentes sabores. Cuatro de ellas han sido elaboradas especialmente para Ecocultura. Sus nombres hablan por si solos: «blanco a la canela o con fresas y negro de 72% con guaraná o con cáñamo».

Ecología, sabor, comercio justo... pero, ¿qué hay de la comercialización? Los responsables de «Tierra Dulce» reconocen que aún hay dudas sobre qué es ecológico y qué no. Su labor consiste en explicarlo cliente a cliente en cada feria o con demostraciones en el propio obrador. Actualmente, ya hay tiendas en la capital que ofrecen el chocolate que la décima edición de Ecocultura ha decidido distinguir. Entretanto, el producto también está en el expositor 54 de la feria.