Una mujer fuerte que escribe sobre mujeres fuertes cuando era muy difícil serlo. Encarnación García Amo presenta hoy, en el Museo de Zamora, su nuevo libro «La sombra de la muerte». En él se narra la historia de una doncella, a la que pintan de inocente, que busca de su identidad, en un viaje desde Burgos hasta Zamora, a finales del siglo XV.

-¿Qué podemos encontrar en «La sombra de la muerte»?

-Una novela histórica, tres historias de amor o tres maneras distintas de entender el amor y el descubrimiento de Zamora. La protagonista va a quedar fascinada cuando llegue aquí, igual que me quede yo. A parte de esto, encontraremos una historia en 1482, en la que, en primer lugar se está viendo como respira la gente después de la Guerra Civil entre Isabel I y Juana de Castilla y luego el tremendo despegue económico y artístico de estos reinos.

-Zamora tiene mucha belleza e historia en su interior, ¿cómo se plasma eso en el papel?

-Es difícil decirlo sin desvelar nada. Por ejemplo, hay un personaje, un burgalés, que cuando llega aquí y ve el Duero, acostumbrado al Arlanzón, alucina. También se ve cómo uno de sus compañeros de viaje, el arquitecto Simón de Colonia, le maravilla la Catedral. Este libro es también un viaje en torno a la psicología de las gentes que viven en la ciudad. Es una época en la que tanto Burgos como Zamora tienen un pueblo que está muy enfadado. Burgos lo está con las gentes que controlan el Ayuntamiento y los artesanos de Zamora, que son fundamentales, con los nobles. Se cuenta, por ejemplo, la leyenda del Motín de la Trucha, en la cual Simón de Colonia afirma que «el pueblo zamorano no está dispuesto a inclinar la cabeza». Además, es una ciudad muy importante desde el punto de vista artesanal, económico, artístico y además llena de vida.

-Los zamoranos eran rebeldes entonces.

-Sí. Ellos no eran partidarios, por ejemplo, de Isabel la Católica. En el libro se cuenta que Isabel, nada más entrar en Zamora, le otorga una feria de 22 días, lo cual era un privilegio impresionante. En ese momento, en el libro, alguien comenta «está claro que lo hace para ganarse una ciudad que no era partidaria de ella».

-El libro se sitúa en una aparente tranquilidad política, ¿cómo encaja aquí un relato de asesinatos, misterio y amor?

-Son personajes que quieren apartar a la protagonista del lugar donde han ocurrido los asesinatos y van de un lado para otro. Así ven cómo es Castilla y como es León a través de los ojos de los personajes. Se observa que es un mundo que está despegando y que tiene un futuro impresionante. De hecho, hubiéramos podido llegar a ser la primera potencia de Europa, pero Carlos V solo miraba por Alemania y Castilla y León solo servían para surtirle hombres para la guerra y de dinero para malgastar.

-Desde el punto de vista artístico, ¿cómo se refleja el arte a través de las palabras?

-Por las emociones de los personajes, principalmente. Por ejemplo, la protagonista se encuentra en San Juan de Baños y queda maravillada, uno de los caballeros que la acompaña, pasa por Bamba y se vuelve loco con las antigüedades. Y cuando la doncella llega ante las esculturas de Teresa Díez, en Toro, queda completamente asombrada. De hecho, cuando pasan por aquí les gusta todo de la localidad.

-Esta novela se centra más en personajes anónimos y deja un poco apartado el relato plenamente histórico, ¿es difícil leer literatura puramente histórica?

-No. Tú te puedes plantear que no sabes nada del tema, pero te estás enterando porque los protagonistas van dando pistas y hay comentarios. No tiene por qué que ser difícil. Aunque sí es una novela para leerla con calma, despacio, para saborearla.

-Esta corriente de contar historias de personajes anónimos dentro de grandes momentos de la historia ¿es una moda pasajera o verdaderamente puede tener un gran peso en la literatura?

-Desde hace unos años hay una maldita moda de que cualquiera, sin tener ni idea de nada, escribe novela presuntamente histórica. Puede haber quién se lo trague, pero no es novela histórica. Si que existe la novela histórica, pero también hay mucha bazofia camuflada. Lo que sí está en alza es que a la gente, ahora, le gusta leer algo de tiempos pasados, para olvidar lo que tenemos actualmente.

-El tema de la historia de España parece estar volviendo con fuerza a la literatura, ¿será que nos hemos dado cuenta de que también da para mucha tinta?

-Puede ser. El problema es que como prácticamente se ha eliminado la historia de los estudios obligatorios, nadie sabe quiénes fueron los Reyes Católicos. Y se le da a la gente literatura supuestamente histórica, que no lo es.

-Al igual que en «Historias de Francisca. Detective en el siglo VXI» o «El Juramento de Salazar», una mujer rebelde o que ansía libertad y busca algo de sentido a su vida es la protagonista de su libro, ¿qué tiene distinto la doncella de «La sombra de la Muerte»?

-Francisca era una pastora, que supuestamente era ignorante, pero hay una mujer sabia que hace cambiar. La hija bastarda del «El Juramento de Salazar» tiene muy claro lo que quiere y que es una rebelde. Pero en este caso es una pobre chica, cuya madre muere y su padre se ve presionado a meterla en un monasterio en la Ojeda. Pero con tan solo 19 años no quiere estar recluida, sino vivir la vida y aprender más cosas. Además está arta de que la digan que es una niña inocente, y se obliga a si misma a cambiar.

-¿Existieron esas mujeres rebeldes en estas épocas?

-Las que yo retrato no. Pero sí mujeres rebeldes. El problema es que la historia de las mujeres que han destacado se ha tapado y solo se muestra cómo debían ser las mujeres según la Iglesia. Pero en cuanto rascas un poco, te das cuenta de que había muchas mujeres de la nobleza que enviaron batallones a defender sus tierras, como hizo la esposa de Núñez de Guzmán de Carlos V. Lo que ocurre es que de las del pueblo llano no sabemos tanto porque ser parte de la historia se pagaba.