Las piñas que un padre y su hijo, ambos de etnia gitana, hurtaron el pasado mes de noviembre del parque León Felipe de la capital no iban destinadas consumo familiar, ni a combustible, según se pronuncian fuentes municipales, «sino a la venta de piñones obtenidos mediante el robo en los pinares de la provincia y de otros puntos de la región», explican.

Una de las tres personas a las que afirman, sorprendieron arrancando las piñas de los árboles haciendo uso de escaleras, ganchos y otro tipo de instrumentos para le recogida masiva de este producto, tiene antecedentes penales por varios delitos, «entre ellos el robo masivo en otros puntos de la provincia», se pronuncian fuentes municipales.

Además de las piñas incautadas dentro del parque se ha requisado material almacenado en una furgoneta que utilizaban para cargar el producto y trasladado al almacén correspondiente.

El atestado municipal recoge, además de la sustracción de las piñas, los daños causados a los árboles del parque, «rompiendo de forma indiscriminada las ramas para poder acceder a ellas y poniendo en peligro a las personas que se encontraban en la zona en ese momento». Uno de esos ciudadanos fue el que alertó a la Policía Municipal, molesto por la actividad que se estaba desarrollando.

Los hechos se produjeron en plena campaña de recolección de piñas, que se inicia el 11 de noviembre, mientras que los hechos sucedieron el 18 de noviembre. Precisamente durante esos meses se registraron numerosas denuncias y detenciones en Zamora y en otras provincias, según precisan desde el Ayuntamiento.

En este sentido, la actuación más importante tuvo lugar el pasado mes de diciembre en Toro en un almacén de piñas recogidas por un grupo organizado de rumanos que actuaba en toda la comunidad y que en las últimas dos temporadas habían recogido un botín de 150 toneladas de este producto valoradas en 90.000 euros.