En primera persona

El avance de la gripe A ha hecho que dejen de ser noticia los casos leves y la mirada de la opinión pública se centre sobre todo en los pacientes más graves. Sin embargo, el punto de mira está también centrado en los posibles efectos de la pandemia en lugares donde se concentra mucha gente, como escuelas, residencias o centros de trabajo. En Castilla y León el curso escolar comenzará, en principio, con normalidad, a expensas de conocer los protocolos para hacer frente a la eventualidad de un brote. Las empresas zamoranas, en su gran mayoría, todavía no cuentan con un plan concreto para hacer frente a una contingencia que puede dejar fuera de juego temporalmente a gran parte de sus plantillas. De lo que es sufrir el virus en un lugar de convivencia colectiva sabe mucho Lorena García, la joven zamorana afectada por gripe A mientras participaba en la Ruta Ibérica. El virus se propagó rápidamente por el grupo y los doctores siguieron el protocolo habitual en estos casos. La joven reconocía haberse sentido «muy mal», con unos síntomas similares «a los de la gripe normal» pero con mayores dificultades respiratorias. El tratamiento médico y un aislamiento de doce días resolvió el problema. Lorena cree que «se ha generado demasiada alarma» con este asunto.