El médico toresano, Alejandro Cuadrado Blanco, es uno de los organizadores de las jornadas sobre cuidados paliativos que, durante dos días, se han celebrado en el Latorre. Aunque nació en Toro, Cuadrado ejerce como médico de familia en el centro Puerta Nueva de la capital y, en la actualidad, es el presidente de la Asociación para el Desarrollo de Cuidados Paliativos.

-Son muchas las reivindicaciones que se han planteado en estas jornadas en torno a los cuidados paliativos, ¿es tan oscuro el futuro como lo pintan los profesionales que trabajan con enfermos en fin de vida?

-Cuando empezaron los cuidados paliativos algunas comunidades como Cataluña fueron pioneras. En Castilla y León, se creó de inmediato, en los años 80, el Centro Regional de cuidados paliativos en Los Montalvos de Salamanca y, durante un tiempo, la región fue pionera. Sin embargo, de un tiempo para acá, desde hace unos diez años, los cuidados paliativos se han estancado, no se han creado nuevas Unidades y la política de la Consejería de Sanidad es que sean los médicos de atención primaria los que atiendan a este tipo de pacientes, cuando lo que se necesita es una capacitación.

-¿Los médicos de familia no cuentan con la capacitación necesaria para la atención que precisan enfermos terminales?

-Los profesionales de atención primaria deben atender a estos enfermos, pero hasta un límite. Son enfermos complicados, con situaciones muy complejas y, a partir de esa complejidad, lo que se necesita es el soporte y el apoyo de las unidades específicas. En Zamora, la cobertura solamente alcanza el 40% y el resto de la provincia, especialmente las zonas rurales más lejanas de la capital están sin cobertura de una unidad específica. Es cierto que los profesionales se pueden poner en contacto con la unidad telefónicamente, pero no hay una relación directa de visita domiciliaria porque la unidad está conformada por un médico y una enfermera que hacen lo que pueden, pero es imposible llegar a toda la población.

-¿Castilla y León ha pasado de ser pionera a estar a la cola en la cobertura de cuidados paliativos?

-La verdad es que nos hemos quedado bastante a la cola porque hay ya seis Comunidades Autónomas que han legislado el derecho a tener una atención digna al final de la vida. Creo que ese el camino. Esta legislación no sería imprescindible, pero dado que las autoridades en ciertas regiones no demuestran mucha sensibilidad, habría que reivindicar en este momento que este derecho sea legislado. El camino es que un paciente cuando llegue a un hospital pueda ser atendido por el profesional que en ese momento necesite por una patología determinada y, en el caso de enfermedad avanzada, también tenga derecho a ser atendido por una unidad de cuidados paliativos.

-¿Existen muchas diferencias entre la atención que recibe un enfermo en función de la ciudad en la que resida?

-Sí, las hay. Por ejemplo, una Comunidad cercana como Extremadura tiene una red maravillosa de cuidados paliativos domiciliarios con una cobertura del 100%. Como las competencias sanitarias están transferidas a las Comunidades, esta cobertura depende a veces de la sensibilidad y del presupuesto. En Galicia, hay un caso muy reciente de una niña, Andrea, y gracias a que existía una legislación se ha podido llevar a cabo lo pedían sus padres. Desde mi punto de vista, tanto la ciudadanía como los grupos políticos deberían apoyar que en Castilla y León hubiera una legislación similar.

-En Castilla y León ¿hay un vacío legal sobre el derecho a una muerte digna?

-Este derecho no existe. En Castilla y León se gestionó un proceso de atención que llegó a iniciarse, pero sin recursos y el proyecto ha quedado estancado.

-¿Qué implicaría la aprobación de esta legislación?

-Implicaría que ese derecho obliga a atender de una determinada manera a los pacientes cuando llegan a la fase del final de la vida. Los cuidados paliativos deben ser un derecho de todo ser humano en la asistencia al final de la vida. No podemos quedarnos esperando a que un profesional adopte una decisión u otra en función de sus perspectivas, de sus valores o de sus creencias. Tiene que existir esta legislación, al igual que en otras Comunidades, para que haya una cobertura del 100% y para que sea una obligación de las autoridades sanitarias atender como necesitan los pacientes, los seres humanos, al final de su vida.