Natalia Sánchez

"La importancia de la Guardia Civil en nuestra Semana Santa trasciende a la de una mera cofradía, pues ha participado y sigue haciéndolo en varias" y como Instituto Armado, de naturaleza militar, su presencia "enlaza directamente con la de las Fuerzas Armadas, que ya tenían una intervención activa desde el siglo XVII", concreta el historiador Florián Ferrero Ferrero que ha investigado la presencia de la Guardia Civil en la Pasión de Zamora, un cuerpo que hoy, tras más de 170 años de colaboración, recibe el máximo galardón que otorga la Junta pro Semana Santa, el Barandales de Honor.

En las procesiones de Pasión desde la Edad Media, las escoltas militares o paramilitares estuvieron presentes a través de los armados y las suizas que acompañaban a la Urna del Santo Entierro o Resurrección, respectivamente, que iban escoltando detrás de la procesión.

El monarca Carlos III eliminó los grupos que "se caracterizaban como militares" y en las Reales Ordenanzas, en el año 1768, fijó que en "toda procesión de imagen de Santísimo Cristo, la Virgen u otro santo" las fuerzas militares que cada lugar tenían que hacer el Viernes Santo y el Corpus un cordón por donde pasaba el desfile y las unidades libres tenían que ir detrás de la procesión y dar escolta a los pasos. A raíz de esta normativa, vigente hasta no hace muchos años, las Fuerzas Militares existentes en Zamora se incorporaron a los cortejos y cuando se fundó la Guardia Civil, que nace como cuerpo militar, se sumaron a los desfiles procesionales. Florián Ferrero puntualiza que era mayor la presencia en el Santo Entierro porque "cada ocho metros había un soldado y cuando pasaba la procesión, se iban incorporando al final del cortejo".

La primera noticia documentada de la presencia de la Benemérita en los desfiles de Semana Santa el historiador, en el libro "La Real Cofradía del Santo Entierro de Zamora" la data en el año 1863. En una misiva remitida por los responsables del Santo Entierro se pide "al comandante de la Guardia Civil que asista la escolta de caballería que ha de abrir la marcha de la procesión y la de infantería para el Santo Sepulcro".

Pero la presencia de la Guardia Civil no se limita al Santo Entierro donde los piquetes acompañan a la imagen titular y al Descendimiento. Amplia en el tiempo es también la relación existente entre el cuerpo y la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, hermandad que ha reconocido a la Comandancia de la Guardia Civil como Hermano de Mérito y un piquete acompaña cada noche del Viernes Santo a la Virgen de las Espadas por las calles zamoranas.

La Hermandad de Jesús en su Tercera Caída contó con "una escuadra de la Guardia Civil a caballo abriendo marcha hasta que desapareció dicha unidad de Zamora" concreta Florián Ferrero al tiempo que fotografías dan testimonio de la presencia de una banda de la Guardia Civil en este desfile que había perdido la presencia de la Benemérita hasta el año pasado. Con motivo del 75 aniversario de la fundación de la hermandad agentes de la Benemérita acompañaron a la Despedida y volverán a hacerlo este Lunes Santo.

A mayores, desde el año1908 los guardias civiles han acompañado el Domingo de Pascua a los hermanos de la Cofradía de la Resurrección, escoltando inicialmente al Cristo Resucitado y a la Virgen de la Alegría, actualmente. A lo largo de su historia las cofradías de Jesús Nazareno y de la Vera Cruz han tenido piquetes que han custodiado al Cinco de Copas y a la antigua Dolorosa. Este año la Vera Cruz ha solicitado la presencia de agentes junto al paso de Jesús Nazareno como modo de honrar al Barandales 2018.

En la actualidad los guardias civiles que desean acompañar a los pasos se inscriben en una lista de voluntarios. Cada uno, más de 40 titulares y hasta 14 suplentes, combinan estos días sus obligaciones labores con su deseo de acompañar a las imágenes y grupos escultóricos, una acción que realizan "dentro de su tiempo libre", remarcan desde la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora. "Más de la mitad" de los funcionarios apuntados son zamoranos destinados fuera de la provincia que se desplazan desde Segovia, Madrid o Barcelona para acompañar durante unas horas a un paso. "Muchos somos semanasanteros que procesionamos con túnica o bien debajo de un paso y luego también con nuestro traje de gala" explican fuentes de la Guardia Civil que atestiguan que la distinción "es fruto de la colaboración institucional y supone un reconocimiento a un esfuerzo personal que no tiene más compensación que la satisfacción personal".