Rosana González es la encargada de vestir a la Virgen de la Esperanza para que salga en procesión con su impresionante manto verde.
-¿Cuántos años lleva como camarera de la Esperanza?
-Estuve como camarera suplente y en 2007 me convertí en camarera titular cuando lo dejó mi antecesora, Adoración Lorenzo.
-¿Cuál es su cometido?
-Además de vestirla, cuidar de la conservación y el mantenimiento de la ropa, porque es delicada. El manto por ejemplo, es de terciopelo y está bordado en oro, por las Marinas. Lo estrenó el 2 de agosto de 2004.
-¿Lleva siempre el manto de la procesión?
-No, tiene un manto corto para estar en casa, con bordados solo en la parte de delante. Para salir en procesión tiene un manto mayor, el que le vamos a poner ahora y que tendrá puesto hasta el Jueves a mediodía, cuando regrese a la Catedral.
-¿Qué cuesta más colocar?
-La toca para salir en procesión. Tiene una en el cuello, otra en el pecho y otra toca exterior de malla de plata. Hay que colocarlas bien porque la gente donde la mira es a la cara.
-¿Qué siente por la Virgen?
-Soy la segunda generación en mi casa y la número 78 de la cofradía, fíjese.