Miguel Ángel Regueras, único candidato y uno de los hermanos fundadores de Luz y Vida, se convirtió ayer en el nuevo presidente de la Hermandad en una votación que zanja años de polémica dentro del seno de la cofradía entre la ya antigua directiva y una parte de los hermanos. En una sesión tranquila en la que apenas votaron 92 cofrades de los varios centenares que forman la cofradía, Regueras fue elegido en este nuevo cargo por una amplia mayoría, con 82 votos a favor, cuatro votos nulos y seis en blanco -al haber un único candidato, las papeletas no presentaban la opción de votar en contra-.

Aunque la elección comenzaba a las cuatro de la tarde, muchos de los hermanos que se acercaron al Salón de Plenos de la Junta Pro Semana Santa lo hicieron pocos minutos antes de las seis de la tarde, hora límite en la que se terminaba el plazo. A esa hora, alrededor de medio centenar de cofrades esperaba en la sala el veredicto de la jornada electoral, que concluyó sin ninguna sorpresa y entre aplausos al nuevo presidente, a quien muchos hermanos se acercaron para manifestar mensajes de apoyo. Las primeras palabras de Regueras fueron de agradecimiento al Obispado por permitir la celebración de estas elecciones tras años de conflicto. "Esperaba una participación más importante debido al estado en que se encuentra la Hermandad y a los ánimos que había, pero estoy satisfecho con el resultado obtenido y preparado ya para trabajar", comentó el nuevo presidente, que fue uno de los hermanos fundadores de Luz y Vida en el año 1998 y cuya decisión de presentarse a las elecciones estuvo motivada por la "situación en la que se encontraba la hermandad".

"Además de decepcionado, estaba preocupado por el encallamiento del problema que atravesaba la cofradía. Intenté intervenir hablando con el Obispado, pero no hubo manera de salir adelante porque las ideas entre la directiva y los hermanos estaban completamente enfrentadas y sin visos de solución", explicó el presidente tras la votación. La elección de Regueras por mayoría absoluta parece indicar el principio del fin de varios años de problemas entre la antigua Junta Directiva y varias decenas de hermanos y cargadores, una pugna en la que intentó mediar sin éxito el Obispado de Zamora, y que, sumada a otras polémicas como el cambio de andas, -que se saldó con otra decisión judicial que dio la razón a los herederos de Hipólito Pérez Calvo-, abrió una brecha importante entre los hermanos y la cúpula de la cofradía.

"No sé si el problema tiene o no solución, pero para bien o para mal, hoy empieza una nueva etapa y lo que está claro es que vamos a trabajar para cambiar lo que tenga que cambiarse y que la Hermandad siga adelante", quiso zanjar Regueras, que manifestó que, con su elección, "se deja ya de hablar de bandos" y comienza a trabajarse para solucionar el problema hablando entre los hermanos "en el lugar donde tendría que haberse solucionado, es decir, en la asamblea de socios".

Por esa razón, el nuevo presidente anunció que convocaría una asamblea de socios a la mayor brevedad posible, "en cuanto tenga conocimiento de lo que hay en la hermandad para comunicar lo que tenemos, dónde vamos y qué haremos para sacar la cofradía hacia adelante". "La hermandad no es del presidente ni de la junta directiva sino que es de todos los hermanos y somos nosotros los que tenemos que trabajar para sacarla adelante y que siga existiendo durante muchos años", concluyó.