Opinión | Lo común

Aguanta, Pedro

"Aguanta, Pedro"

"Aguanta, Pedro" / PSC

Pedro Sánchez nos ha escrito una carta muy personal, en folios en blanco y tratando de hablarnos desde el sentimiento. En ella dice que se da cinco días, hasta el lunes, para decidir si continúa en la presidencia del Gobierno. Ha dejado de saber si merece la pena serlo cuando tienes que aguantar, no ya la habitual catarata de insultos y descalificaciones personales y diarias, sino que además vayan a por los tuyos. Por esa grieta pudieron doblegar en su día al no menos resistente Pablo Iglesias, que aguantó lo que no está escrito y lo que pocos hubieran soportado, hasta que la emprendieron con su familia, niños incluidos y ante su propia puerta. ¿Quién aguanta eso? ¿Quién puede soportar ver a tu pareja, a tus hijos, a tus padres, a tu familia y amigos pagando por tener la generosa ocurrencia de dedicar tus mejores años y energía a tratar de ayudar en los asuntos públicos? Yo no, desde luego. No hubiera aguantado ni la décima parte de lo que han recibido gentes como Pablo antes o Pedro ahora.

Pedro ha explotado cuando un juez ha admitido a trámite una denuncia contra su esposa de la que el futuro dirá si tiene base alguna: yo les adelanto que las "informaciones" en las que se basa son bulos sin ningún sentido. Pero yo no soy nadie y supuestamente hay que respetar a los jueces, incuso si acaban en la cárcel como el que trató de acabar con la carrera de Rosell, aquella jueza que tuvo el valor de apoyar a Podemos. La cuestión es que, puesto que Pedro nos ha escrito de modo muy personal, yo quiero responderle a esa misiva y la gran pregunta que en ella se plantea: ¿Merece la pena seguir presidiendo tu país tras cinco años de barbaridades contra ti, que ahora llegan incluso al corazón de tu familia?

Mi respuesta: en lo personal, no, nunca, jamás. Es una peaje inasumible y si esto se va a exigir a cada político de altas responsabilidades se acabó la política, ya que solo la podrán ejercer sicópatas sin lazos afectivos. Que ya los hay, ojo, y bien situados para relevar a Pedro en cuanto se rinda. Pero un presidente del Gobierno debe pensar, no en lo propio o personal, sino en lo común, en lo de todos, en el país en su conjunto, en lo que mejor nos puede ayudar a la inmensa mayoría. Y ahí quiero decirle a Pedro Sánchez que sí merece la pena, y mucho, que siga aguantado cuanto pueda en el potro de tortura. Un día más que aguante es un día menos en los retrocesos que se avecinan. Mientras haya vida, hay esperanza. Mientras haya un gobierno decente y legítimo podremos respirar y defendernos.

¡Ah! Y si finalmente se va, que muera matando y deje de sustituto a Oscar Puente. Esto ya, como desahogo y disfrute personal.

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