Ni más ni menos. Lo conseguimos entre todos con nuestro trabajo y debemos mantenerlo con más esfuerzo aún si cabe. Nuestra lucha diaria por lograrlo, frente a los dirigentes socialistas, únicos responsables de ponerlo en peligro con las erráticas políticas que aplicaron cuando gobernaban, se ve permanentemente contaminada con los mensajes más extremistas que nunca haya utilizado la izquierda en los últimos 30 años.

La historia se repite y allá por 1996, cuando fueron capaces de pavonearse con la «dulce derrota» que les infirió el Partido Popular en las generales, cuando pensaban que seríamos incapaces de conseguir apoyos para gobernar, cuando a diario ponían en duda la estabilidad de un gobierno comandado por Aznar, lanzaron a la opinión pública, con toda la intensidad que fueron capaces, y con el apoyo de los de siempre, aquello de que la derecha iba a terminar con el Estado de bienestar.

El resultado fue que ocho años después les entregábamos las riendas del Estado, por la decisión soberana de los españoles, en las mejores condiciones posibles para continuar por la senda del crecimiento, en lo que toda Europa calificaba como el «milagro español».

En el año 2004, el Estado de bienestar estaba perfectamente asegurado con el superávit de las cuentas del Estado, las cifras de desempleo en los niveles más bajos de la democracia y las pensiones, la sanidad y la educación garantizadas. Y todo ello fue gracias a ocho años de Gobierno del Partido Popular.

Los socialistas recibieron una gran herencia, sin duda, que era extremadamente fácil administrar, pero mucho más fácil dilapidar, y que en menos de cuatro años fueron capaces de arruinar por completo.

Esto les sirvió para ganar las elecciones de 2008, pero el precio fue excesivo para todos los españoles: los socialistas destruyeron el Estado de bienestar y pusieron en serio peligro lo que habíamos conseguido con nuestro sacrificio y esfuerzo.

Fueron los años frívolos de los ministerios sin contenido ni competencias, de los altos cargos por doquier, de las glamurosas ministras por cuota, de las subvenciones a la subcultura y del gasto sin control. Además de eso, de la mentira constante negando y ocultando una crisis que se nos venía encima como una ciclogénesis explosiva de primavera, de los mensajes rimbombantes y trascendentales del peor presidente de la historia de España. Y se permitieron el lujo de, con sus erráticas políticas, enviar al paro a millones de trabajadores.

Ocultaron el déficit real de las cuentas públicas, gastaron 300.000 millones de euros más de los que ingresaron en los últimos 4 años de Gobierno socialista, 90.000 millones de euros en 2011, que ahora nos toca pagar entre todos, una carga que por sí sola demuestra quién ha puesto verdaderamente en peligro el Estado de bienestar.

Los socialistas, además de ser los únicos responsables de esta situación, siguen enrocados en una actitud intolerable y al límite de los buenos usos políticos, con constantes llamamientos a «responder a las agresiones del Gobierno», en una actitud que obedece a la situación de debilidad de los actuales dirigentes socialistas, sumidos, una vez más, en luchas internas de poder.

Además, cuentan con el apoyo incondicional de los sindicatos mayoritarios, sospechosamente desaparecidos de la escena durante la etapa de ocho años de Gobierno socialista y por ende, también corresponsables de todo lo que está ocurriendo.

La herencia socialista es una pesada carga que ha tenido que asumir un gobierno valiente y decidido a sacar al país adelante, diciendo la verdad a los españoles y realizando reformas cuyo único objetivo es propiciar el crecimiento económico y la creación de empleo, desde «el minuto uno» de este duro partido que tenemos que ganar entre todos.

Mientras el Partido Socialista sigue anquilosado en el mensaje de hace más de 16 años, y que en su momento no le sirvió para nada, porque con los hechos demostramos que durante 8 años no se desmanteló nada; al contrario, se trabajó para salvar lo que puso en peligro la gestión de los socialistas: el Estado de bienestar.

(*) Portavoz del Partido Popular de

Zamora