-Los deberes quedan hecho.

-¡Y me llamestéis osado cuando llegué para coger al equipo! La Liga de los nueve partidos se ganó con mucho trabajo, con cuatro victorias y dos empates. Hicieron falta 14 puntos para librar y llegar a los 46 puntos, se puso la cosa cara y dura pero lo hicimos.

-El partido tuvo poca historia.

-No era un encuentro para jugar bien y sí para ganar. He estado hablando con los jugadores y la verdad es que tenían muchas emociones contenidas y eso que han hecho el peor partido desde que yo llegué. Son las emociones que te atenazan y no rindes como sabes o puedes. Jugamos mejor el primer tiempo que en el segundo, defendimos bien y metimos una de las pocas ocasiones que tuvimos. El segundo tiempo fue para olvidar en el plano futbolistisco.

-Al final acabaron saliendo los oros.

-De las espadas y los bastos hubo oro y el Zamora puede estar una temporada más en la categoría que es lo importantte.

-A partir de ahora habrá que empezar a pensar en el periodo electoral.

-Los sabía de antemano, desde el primer día ya se dijo y cuando hablé con el presidente me lo comentó y me lo repitió. Son cosas que marcan los estatutos, hay unos plazos y mientras tanto hay que disfrutar de las vacaciones.

-¿Te gustaría continuar al frente del Zamora como técnico?

-Sí me gustaría seguir, siempre he estado abierto pero va a haber un vacío de poder durante un tiempo y no se sabe qué pasará.

-¿Cuál ha sido el principal aporte de Liceranzu para salvar al equipo del descenso?

-¡Uff!. Desde el principio los jugadores estaban fuera de su normalidad por todo lo que llevaban hasta entonces, palo tras palo, errores por todos los lados y esto creaba inseguridad, creían que eran muy malos cuando no lo son porque llegamos a hacer partidos buenos. Se vio que había capacidad de reacción, algo que no había antes. Estas cosas son más de tema psicológicó que de problema deportivo. La calidad y la categoría de los jugadores era suficiente para mantenerse pero no lo demostraban, había que ordenar un poco el corral para que salieron al campo convencidos de que eran capaces de hacerlo bien. Los jugadores tenían sus lagunas defensivas y en la estrategia, fue un problema que tuvieron a lo largo de la temporada. Fui capaz de convercerles que se podía hacer, era un factor más mental que futbolistico.

-¿De cara a qué objetivo piensas que estaba confeccionada esta plantilla?

-Supongo que quienes hicieran la plantilla pensarían en estar bastante más arriba pero por unas cosas u otras que no se pueden controlar demasiado, el equipo fue perdiendo fuerza y cuando yo lo vi ante el Athletic B en «Lezama» estaba en ultratumba y eso era en el mes de diciembre. En la jornada 38 cada uno está donde se merece y no se os olvide que hemos quedado décimo cuartos y no décimo quintos y es que subir un puesto aquí cuesta muchísimo.

-¿Qué te ha parecido la Ponferradina?

-Nos pegó un rondo en ciertos momentos porque técnicamente sus jugadores son muy buenos. A lo largo de la temporada ha demostrado ser el más fuerte del Grupo I y de ahí que haya quedado campeón.