Los «ganaderos y ganaderías de ovino, caprino y vacuno son parte imprescindible para la supervivencia de nuestros pueblos». Así lo manifestaban ayer por unanimidad ediles de todos los colores, niños, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, agricultores y cazadores, dispuestos a formar un frente común para apoyar a los ganaderos de la Sierra de la Culebra y su entorno en la defensa de los intereses y la de los pueblos en lo que consideran un «ataque frontal a la supervivencia y armonía del medio rural». La polémica de Fitur ha logrado unir, como nunca antes, a los campesinos dispuestos a defender sus intereses y los de los pueblos.

Autoridades y vecinos destacan que los ganados son la única alternativa viable y real para evitar que los campos y pueblos se conviertan en auténticas selvas. Los residentes acusan a políticos y ecologistas de querer «convertir nuestros pueblos en reservas de fauna para señoritos» a la vez que defienden la coexistencia de la ganadería doméstica y la fauna «Pero no a nuestra costa». Ponen como ejemplo que «a más lobos más ataques, los jabalíes causan todos los días accidentes de tráfico, los ciervos y corzos arrasan nuestras huertas».

Responsables de cotos de caza mayor y adjudicatarios reconocían ayer a este periódico que próxima a cumplirse la fecha tope no se ha podido cazar ninguno de los 14 lobos adjudicados en la zona. Entre los habitantes de los pueblos crecen las desconfianzas y se pide que el Seprona (Guardia Civil) y Medio Ambiente investiguen si el lanzamiento de cohetes y petardos que se ha detectado en algunas fechas concretas, -se oyen en los pueblos, pero se tiran en el campo-, son un boicot organizado por foráneos para ahuyentar los lobos adjudicados para abatir, pues «casi siempre coinciden la llegada de forasteros».