Un nuevo traje se incorporará a las vestimentas con las que ha sido agasajado el Santísimo Cristo de los Afligidos, de Villarrín de Campos, a lo largo de su historia. Esta vez la donación llega de la mano de Fernando Miñambres de la Prieta, declarado devoto de la imagen y presidente de la Asociación Cultural «Carpe Diem», quien con tal gesto pretende agradecer y compensar «las muchas cosas que me ha regalado el Santísimo Cristo, muchas más de las que me merezco, y mi deseo es compartirlas con los demás».

El traje, realizado por las monjas del convento del Corpus Christi de Zamora con sor María Jesús como bordadora, ha tardado siete meses en confeccionarse. Elaborado en terciopelo de algodón, de color granate, la vestidura donada por Fernando Miñambres está bordada en oro y adornada con piedras de diversos colores.

En cuanto a la simbología, el traje refleja motivos de la Pasión y crucifixión del Santísimo Cristo. Así, se representa la lanza con la que le abrieron el costado; la esponja con la que le dieron de beber vinagre mezclado con mirra; la columna donde fue azotado: el martillo con el que le clavaron los clavos; y las tenazas con las que le desclavaron. Por último, en el centro se sitúa el cáliz representando la eucaristía.

Fernando Miñambres pretende hacer entrega oficial del regalo a los mayordomos de la Cofradía de Villarrín en el mes de agosto «y que ellos dispongan como mejor convenga el momento de vestir al Bendito Cristo». El nuevo traje se incorpora así a la colección de una veintena de vestimentas con las que los devotos han agradecido sus favores y han mostrado su fervor al Cristo de los Afligidos. El último fue donado en el año 1992.

En este caso, además. con el sobrante de tela se van a confeccionar trescientas reliquias del Cristo para que las consagre el párroco del pueblo «y permanezcan durante dos días con la imagen», explica el presidente de la Asociación Cultural.

De acuerdo con la tradición, el cambio de vestimenta del Cristo de Villarrín se realiza en Semana Santa, cuando se le coloca la indumentaria de color morado propia de la Pasión, para renovarla el Domingo de Resurrección. Y el ritual se repite en septiembre, con motivo de las fiestas del Cristo.

Un trabajo que se puede prologar hasta cuatro horas, tanto por el proceso de limpieza del espacio ornamental sobre el que reposa la imagen como por el propio cambio del traje.

Fernando Miñambres asegura haber cumplido una añorada promesa; «estamos acostumbrados a acudir a la iglesia a pedir al Santísimo Cristo muchos favores y, en realidad, nosotros a lo largo de nuestra vida somos un poco egoístas, a él no le damos nada», reflexiona. Por esa razón se ha materializado la dádiva que permitirá a la más venerada imagen de Villarrín de Campos estrenar una nueva vestimenta, de acuerdo con el criterio de los mayordomos, encargados de determinar el momento en el que el icono religioso lucirá la indumentaria confeccionada por las monjas zamoranas.

«Creo que debemos también reconocer la labor de estas religiosas (del convento del Corpus Christi), que trabajan de forma callada y no son ajenas a la crisis. Ellas se merecen un homenaje y este trabajo que acaban de realizar es una forma de hacérselo», apunta Miñambres de la Prieta.

El presidente de la Asociación «Carpe Diem», estudioso de la historia y los favores que la imagen ha concedido a muchas personas, considera cumplida una promesa; «el Santísimo Cristo me ha regalado la educación necesaria para defenderme en la vida y cada vez que visito la imagen es como si volviera otra vez a nacer. Me llena de fuerza, salud e ilusiones».