Los vecinos de Villaferrueña vivieron ayer una emotiva jornada llena de significado que pasará a la pequeña historia local. La jornada festiva en honor al patrón San Juan Bautista era aprovechada para rendir homenaje a "Goyo", un vecino del pueblo. El cabo primero de la Guardia Civil Gregorio Posada Zurrón fue asesinado por ETA el 3 de abril de 1974.

Una sesión plenaria había acordado por unanimidad dedicarle una plaza; la plaza de Bodegas del Corrillo es ahora la plaza de Gregorio Posada Zurrón.

Cúpula militar

Al acto celebrado ayer en Villaferrueña asistió la cúpula militar de la zona encabezada por el general Godoy, el jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora, el comandante González Tejada junto a un nutrido grupo de jefes y oficiales del Ejército, así como oficiales y agentes de la Benemérita y el Comisario de Policía de Zamora. La comitiva civil estuvo presidida en el acto por el alcalde, Gregorio Martínez Fernández, arropado por el delegado de la Junta, Alberto Castro, el secretario general de la Subdelegación del Gobierno representando a la subdelegada, diputados provinciales y los vecinos de Villaferrueña.

Fueron las dos hijas del agente asesinado por ETA, Maite y María del Mar, quienes junto al alcalde y el jefe accidental de la Comandancia de Zamora depositaron una corona de flores ante el monolito descubierto en la plaza dedicada a Gregorio Posada.

El agente Gregorio Posada Zurrón, nacido en Villaferrueña, estaba casado y tenía dos hijas, una de 6 años y otra de 4 cuando fue asesinado por ETA a los 33 años. Era el jefe del Grupo de Información que tenía la Guardia Civil en Azpeitia (Guipúzcoa). En torno a las seis de la tarde del 3 de abril de 1974, Gregorio Posada Zurrón conducía su coche por la calle Juan XXII de Azpeitia. La calzada estaba en obras, lo que le obligaba a circular lentamente. Dos terroristas se pusieron delante del vehículo y le dispararon a quemarropa con dos ametralladoras de fabricación extranjera, tipo Marieta. Posada, alcanzado de lleno, perdió el control del vehículo, que acabó chocando contra la puerta de un local. Fue trasladado al Hospital Militar de San Sebastián donde murió dos horas después. Los dos terroristas huyeron en una moto Vespa que había sido robada.