Los vecinos de Pumarejo de Tera desfilaron en la tarde del domingo con la imagen de la Virgen del Rosario. La imagen de Nuestra Señora era procesionada por las calles entre la emoción y el agradecimiento al cumplirse el cierre del novenario. Previamente a la comitiva procesional, un grupo de mujeres ataviadas con ricos mantones bordados le dedicaron una antigua loa rica de estrofas en un acto ceremonial abanderado por el ramo de la Virgen portado por el joven Víctor.

Por el pasillo central de esta iglesia que fuera construida con el tesón de todo un pueblo bajo la dirección del arquitecto Miguel Fisac y declarada, hace ahora tres años, por la Junta de Castilla y León como Bien de Interés Cultural (BIC) en su categoría de monumento, desfiló el grupo coral tras la estructura triangular de madera profusamente engalanada, con flores y con velas.

Disparo de cohetes

A los pies de la Virgen para recibir su bendición de manos del párroco Laureano Fernández. Los fieles reconocieron con aplausos las acompasadas voces del grupo coral.

El ramo de la Señora del Rosario sería la enseña que seguiría a la cruz guía en el desfile. La imagen de la Virgen luciendo sus mejores galas con paño blanco damasquinado y bordados de hilos de oro, con su testa coronada de plata, salía a la calle entre el fervor de los devotos de Pumarejo de Tera.

Los rezos del rosario y los cánticos se sucedían al igual que los portadores turnándose para llevar a la Señora.

El incesante disparo de cohetes seguía el itinerario al igual que la Señora, la Virgen del Rosario, era saludada en la calle no sólo por los rayos de sol y por sus devotos, sino por el concierto sonoro del campanero Antonio Miñambres.

Un maestro en el repique de campanas que suele acudir a muchas de las citas marianas. Al finalizar los actos religiosos y a la misma puerta de la iglesia se procedía a la subasta de las roscas del ramo de la Virgen, de Nuestra Señora del Rosario.