El mercado regional de ganados de Benavente muere por inanición. Quedan ya muy lejos, aunque se hable sólo de hace tres o cuatro años, los jueves en los que más de dos mil corderos acudían al recinto y con ellos un ir y venir de compradores y ganaderos que desde antes de las siete de la mañana y hasta las dos de la tarde convertían ese espacio en un centro dinámico y activo, reflejo de una comarca ganadera y agraria.

Ya no es lo mismo, en pocos años, de jueves a jueves el recinto ferial cada vez se mancha menos. Unos pocos toman el café y el espacio donde antes se oía el balar de corderos y ovejas ahora es un espacio vacío y sólo unos camiones cargados en el exterior del recinto recuerdan que ayer era jueves de mercado.

La actividad se ha trasladado a otra parte de la nave, a aquella que ya hace años acogía el vacuno, que hoy ya ni pisa por allí, y sólo una vez al mes rebosa actividad, como ayer por la mañana.

Desde antes de las siete de la mañana están llegando los camiones cargados de caballos, algún burro y alguna mula, aunque mínimos. Viene ganado de numerosos puntos: Galicia, León, Asturias, Valladolid, Salamanca, aunque el mayor número de ganaderos asistentes ayer a esta feria eran vecinos de Benavente, de etnia gitana, que ya se sabe que son los verdaderos expertos en esta clase de ganado. Y qué ejemplares se veían ayer, tanto para monta como para carne.

No faltan tampoco los aficionados que quieren ver estos animales de cerca y los que recuerdan sus tiempos de ganaderos y se acercan para ver cómo están las transacciones y comentar aquello de «esto cada vez está más muerto y con lo de la PAC lo acabarán del todo», que comentaba un jubilado de Villanueva de Azoague.

Tal como informa el veterinario «hay que esperar a cerrar un ciclo entero para saber el comportamiento de esta feria. Empezó en febrero y hasta junio ha estado muy bien, con mucha participación y animación, luego ha bajado algo y en agosto es cuando más flojo ha estado, también esta semana, pero puede ser una cosa estacional».

Cerca de un centenar de caballos se podían ver ayer en el recinto. Han llegado a congregarse cerca de 200.

Los precios, oscilan, pero la media, un caballo para montura cuesta unos 1.500 euros mientras que para carne el precio oscila entre los 300 y 400 euros.

Un tratante de Galicia asegura que el mercado está muy bien, «en León cada vez hay menos porque hacen cinco o seis al año pero éste, una vez al mes, está bien y además se ve bastante movimiento».

Ayer, por lo menos, estaba muy animado.