Entrevista | Luis Fernando García Pregonero de la Semana Santa de Zamora 2024

"Las listas de espera hay que quitarlas, no se le puede negar a nadie el acceso"

"Procesionar es mucho más que ponerse un caperuz o dar almendras. Si separamos la fe de la tradición lo que hacemos carece de sentido"

Luis Fernando García con la 
magen de Nuestra Madre al fondo en la iglesia de San Vicente.
| Ana Burrieza

Luis Fernando García con la magen de Nuestra Madre al fondo en la iglesia de San Vicente. | Ana Burrieza / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Luis Fernando García Martín pregonará la Semana Santa el Domingo de Ramos en el Ramos Carrión. Este zamorano forma parte de nueve cofradías y es directivo de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias.

–¿Cómo comenzó su vinculación con la Semana Santa?

–Tocando el tambor en el traslado y el Martes Santo en el Vía Crucis cuando tenía unos 12 ó 13 años. El vínculo con el Vía Crucis se debe a que mi familia por parte de padre vive en Cabañales que está cerquita de San Frontis.

–¿De familia semanasantera?

–No de mucha tradición. Mi padre sí pertenecía a cofradías, pero por parte de mi madre no existía ningún tipo de vinculación con la Semana Santa.

– A través de la música se vinculó a la celebración, pero ¿cuál fue la primera cofradía o hermandad a la que se apuntó?

–El Vía Crucis, donde estoy a punto de ser mayordomo, y la Esperanza, donde ya lo he sido.

–¿Qué supuso para usted la mayordomía?

–Acepté en cuanto me lo comunicaron. Quería probar qué se sentía y la verdad es que además de ser privilegio, te brinda el poder ver cómo sacan la Virgen, ir con ella con una vara ... realmente se viven en unos momentos especiales. También tienes que asistir a los actos organizados, como es la misa del 18 de diciembre.

–Pero mucha gente rechaza este privilegio.

–Efectivamente porque la gente piensa que la mayordomía está ligada a tener que realizar una aportación económica. Y sin embargo el donativo es voluntario. Desde mi punto de vista, ser mayordomo es una compensación que las cofradías dan por tantos años siendo hermano.

–Es hermano de fila y hermano cargador. Háblenos de esa faceta.

–Cargo el Jueves Santo desde que se incorporó el paso de Higinio Vázquez, El Lavatorio. Soy de los poquitos que está desde el inicio.

–¿Qué le movió a implicarse en la carga?

–Quería probar. Mi padre trabajaba en el antiguo Gobierno Civil, conocía a Chano Lorenzo, por entonces presidente de la Vera Cruz, quien sabía que mis hermanos y yo estábamos metidos en la Semana Santa. Un día le comentó a mi padre que si alguno de sus hijos querría cargar. Recuerdo que mi padre me lo comentó y enseguida dije que sí. No tenía ni idea de lo que era, ni de lo que pesaba, ni de lo que tenía que hacer. No conocía ni el paso.

–¿Qué recuerda de esa primera vez bajo los banzos?

–Lo primero nos tocó ir a buscar el paso al barrio de Sepulcro porque Higinio había dejado el paso en un garaje que creo que era donde tenía por entonces el taller José Antonio Pérez, que es quien talló la mesa. Por casualidades de la vida coincidí allí con un amigo mío de la infancia, Juan Pablo Morín, al que no me había vuelto a ver desde el colegio. Me acuerdo perfectamente de subir el paso toda la Cuesta de San Cipriano hasta el Museo. Notaba que pesaba, pero me podían más las ganas y la ilusión de cargar un paso. Y además era un paso hecho por un zamorano. El primer Jueves Santo el paso se puso en medio de la Plaza Mayor y se hizo una especie de bendición e incluso recuerdo que los cargadores pusimos dinero para las faldillas.

Luis Fernando García, pregonero de la Semana Santa de Zamora de 2024.

Luis Fernando García, pregonero de la Semana Santa de Zamora de 2024. / Ana Burrieza

–En su periplo semana santero también se implica como directivo.

–Uno tras uno de los pregones que he pronunciado. Fue a raíz del dado en el CLUB DE LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA gracias a Carmen Ferreras. Lo di en salón de actos de desaparecida Caja España y estaba Isabel García Prieto a la cual entonces no conocía y que ya era la presidenta de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias. En ese pregón me conoció, aunque ya me había puesto cara porque en los comicios en los que ganó yo iba en la candidatura de Antonio Martín, uno de sus rivales. Isabel dio el paso de llamarme tras escuchar mi intervención y me pidió que formará parte de su directiva porque necesitaba gente como yo y ... hasta hoy. Atendí esa llamada en la sede de Capitonis (colectivo que preside) y me emocioné. He tenido la oportunidad de conocer una cofradía desde dentro, Nuestra Madre una de las más antiguas.

–Un conocimiento del funcionamiento interno que conlleva muchas horas de trabajo que a veces no se valora.

–Puede ser que la gente no lo valore y que solo se fije en que salimos peinados y con corbata y con una medalla diferente en una procesión. Yo lo que puedo decir es que se realiza mucho trabajo, mucho. Las personas cercanas sí saben lo que haces, la gente de puertas para afuera ve solo la procesión, que tienen las velas y que las flores aparecen en el paso cuando todo esto conlleva muchas horas de trabajo. Yo hablo de dos tipos de directivos los de Cuaresma, que son aquellos para los que empieza la Semana Santa el Miércoles de Ceniza, y otros para los que la Semana Santa es todo el año, que trabajan para el desfile procesional y para los actos litúrgicos que se celebran a lo largo de todo el año.

–Usted es el responsable de la obra social Corazón de Madre.

–Yo entré en la directiva no como secretario, sino que empecé como vocal. Cuando Isabel García Prieto vio mi manera de hacer las cosas y que tengo iniciativas me encargó la secretaría y Corazón de Madre. La obra social de la cofradía ha ido creciendo gracias a un equipo que me respalda. Estamos ayudando a muchos colectivos que es para lo que se crearon realmente las cofradías. A veces se piensa que solo es desfilar o pasear a un santo, pero nosotros ayudamos a muchos hermanos que no pueden pagar las cuotas ni pagar la luz de su casa o sus medicinas algo que queda para la privacidad del hermano y de la cofradía.

–¿Dará el paso en algún momento y se presentará a la presencia de alguna cofradía?

–No. Ahora sé cómo funciona una directiva, el trabajo que lleva y la responsabilidad que asumes. Son más las críticas que las palmaditas en la espalda. En las asambleas solo se dice lo malo, no se dice lo bueno.

–¿Cómo concibe usted la Semana Santa?

–Para mí son momentos, son vivencias. La familia de mi mujer es de Cádiz y para mí es muy difícil explicarles cómo es nuestra Semana Santa. Nuestra Semana Santa son olores, son momentos, es gastronomía... implica muchos ámbitos que rodean a la fe. Hacer sentir lo que yo siento resulta complicado. Es la fiesta mayor de Zamora para mí es estar rodeado de mi gente, de mis amigos... Es una parte importante de mi vida. Para esta celebración la gente se vuelca y debería de volcarse también para otras cosas porque nos iría mucho mejor. Lo que no se puede hacer es estar protestando porque se cierra un puente cuando la vida en Zamora es más que la Semana Santa.

–Y ¿dónde queda la fe?

–Tenemos que tener muy presente si lo que hacemos es una obra de teatro o si realmente estamos sintiendo lo que estamos haciendo. Para la gente lo más importante es la procesión. Si separamos la tradición de la fe no tendría sentido, si la desligamos llevamos únicamente muñecos. Nosotros estamos intentando inculcar a la gente de la cofradía que hay que realizar una catequesis, donde se le explica lo que estamos celebrando y lo que la cofradía pretende. Si perdemos la delgada unión que existe en estos momentos entre religión y tradición, no tiene sentido. Procesionar no es ponerse un caperuz y saludar a los conocidos o dar almendras, conlleva mucho más.

–Desde su punto de vista ¿qué debería de mejorarse en la Semana Santa de Zamora?

–Yo quitaría todas las listas de espera. Desde mi punto de vista no se le puede negar a nadie acceder a una cofradía o a una hermandad. Yo llevo 13 años en la lista de espera de la Buena Muerte y quizá cuando me llamen no sepa que voy a decir porque los amigos con lo que me inscribí en ese momento ya no son mis amigos, ya no tengo ese vínculo inicial para salir. Nosotros en Nuestra Madre no cerramos la puerta a nadie que nos pide el acceso o ayudar en el funcionamiento de la cofradía. A mí se me verá rodeado de personas especiales. Muchos pensarán que Luisfer va con los tontos, pero esas personas son las que mueven la cofradía, Capitonis Durii, la murga de Carnaval y... lo que sea.

–Su momento más especial corresponde a...

–Al traslado del Nazareno. Escuchar tocar la marcha el Nazareno de San Frontis me resulta muy especial.

–Usted ha pregonado la Semana Santa de Zamora en lugares muy dispares ante auditorios muy distintos, pero ¿ qué supone hacerlo el Domingo de Ramos en el Teatro Ramos Carrión?

–Es una responsabilidad. A la gente de Zamora ¡qué les voy a contar que no sepan! Lo que les voy a tratar de explicar son mis vivencias, que pueden ser mías o de cualquier chaval de mi generación. He tenido la suerte de conocer momentos álgidos de la Semana Santa. Muchas veces se critica a las familias que siempre han estado, pero también hay que tener claro que, gracias a esas personas, la Pasión nos ha llegado. Se les puede criticar muchas cosas, pero gracias a ellos se salió de los tiempos malos. Ahora mismo pensamos que para bajar un Cristo tenemos a 30 personas, pero a la hora de la verdad solo tenemos a seis porque antes se les he negado la posibilidad de acudir.

–¿Quién le va a presentar?

–Será Luis Fernández López, la persona que contactó con la Junta por Semana Santa para llevar la Pasión de Zamora fuera de nuestras fronteras. Cruzamos el charco Isabel (García) y yo y tuve la oportunidad de pregonar nuestra celebración en Colombia. Él por entonces era el encargado del Colegio Reyes Católicos en Bogotá. Cuando me propuso Isabel García el pregón pensé en él como mi presentador, aunque podía haber sido cualquier persona de mi entorno, pero opté por él porque hizo posible que se conociera a Zamora tan lejos.

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