La alegría y el colorido que poblaron las calles en los últimos días han pasado a ser historia. Los disfraces y las agrupaciones carnavaleras y las murgas con sus coplillas ya no tienen cabida en la ciudad. El Carnaval ha tocado a su fin.
Relacionadas
La despedida a don Carnal la llevaron a cabo, una hora antes sobre el horario de años precedentes, cerca de un centenar de personas. Integrantes de los grupos de teatro aficionado Juan del Enzina, Natus, Atrezzo, Fantasía y de la asociación cultural Capitonis Durii, vestidos de un luto riguroso, recrearon, con un tono de parodia, un cortejo fúnebre que contó con la incorporación de los cuatro gigantes que tiempo atrás llevaron a cabo Marijose Tobal y Aquilino Ramos.
No faltó la tradicional pelea en verso entre don Carnal y doña Cuaresma, donde la fémina y su séquito acabó imponiéndose, momento que enlazó con la quema de la sardina, realizada por alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora. En su ejecución han colaborado alumnos de Bachillerato Artístico, maestros de taller y profesores de artes plásticas tanto en el diseño en la ejecución como en el policromado de la figura y en las andas que la portaban.
Lo que se las prometía un mero y sencillo trámite, no lo fue tanto porque la pieza no ardía. Lo intentaron varias veces con teas y finalmente para que el animal se viera reducido a cenizas tuvieron que intervenir los bomberos desplazados a la Plaza Mayor para garantizar la seguridad en el evento.
Finalmente, el símbolo de don Carnal pereció entre las llamas y la Cuaresma comenzó su reinado.