El éxito de la segunda edición del Programa de Estancias Científicas y Artísticas, puesto en marcha gracias a la colaboración de la Universidad Complutense, elCírculo de Autónomos y Emprendedores de Castilla y León (Cylcae), la Diputación Provincialy la Fundación Rei Afonso Henriques hace que esta iniciativa se consolide de cara a los próximos años.
El campo como aula de aprendizaje
Al menos, así se percibe desde la universidad, como apunta el vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad, Jorge Gómez, quien compara estas dos primeras ediciones. «El pasado año hubo mucha actividad para buscar colaboraciones y proyectos comunes, además de lanzar líneas de actuación entre profesores. Esta vez se ha centrado más en los alumnos, trabajando en su conocimiento y la concienciación sobre el medio rural, que desde la ciudad se pierde», reconoce.
Talleres con ideas propias
Estos propósitos se han intentado alcanzar a través de talleres donde los estudiantes han aportado sus ideas y sus iniciativas en temas tan variados como la emergencia climática o la inteligencia artificial, «donde se han escuchado propuestas valientes y atrevidas, en relación con lo que demanda la sociedad», destaca el vicerrector.
Y estos planteamientos se han obtenido, según Gómez, «porque se realizan en un entorno que les motiva y les anima a desarrollarse creativamente. Es lo que ocurre muchas veces cuando sales de tu localidad y te encuentras en un lugar nuevo, con gente que no conoces. Esas convivencias se traducen en amistades y colaboraciones que queremos que perduren en el tiempo», confía el vicerrector de la Complutense, una universidad que «tiene mucho potencial para seguir haciendo cosas por Zamora con la colaboración y disposición de las instituciones», invita.
Despedida en San Atilano
La treintena de jóvenes que ha participado en la edición de este verano cambió en la última jornada su habitual sede en la Fundación Rei Afonso Henriques por el Seminario de San Atilano para su última reunión antes de regresar a Madrid y después de pasar diez intensos días de talleres y convivencia.
«Yo me apunté porque tenía interés por conocer las desigualdades y diferencias entre el ámbito rural y urbano, así como una disposición a contribuir, en la medida de lo que se pueda, a las personas que viven aquí», señala Iván Martínez, estudiante de Filosofía y Ciencias Políticas. A cambio, se lleva mucho más de lo que esperaba encontrar. «Se han creado unos lazos muy fuertes entre nosotros y, al venir de diferentes disciplinas, hemos construido una buena comunidad.a sido una experiencia única para mí», destaca.
La inteligencia artificial se abre camino como herramienta contra la despoblación
Una reflexión que comparte su compañera Carlota Escolar, egresada en Trabajo Social. «La convivencia ha sido muy positiva y también los proyectos que se han desarrollado, tratando los temas de una manera totalmente diferente que, aunque no me podían interesar al principio, me han terminado aportando mucho, así que me llevo el haber podido convivir y compartir todos estos puntos de vista tan distintos», destaca.
Mezcla de gentes e ideas
Para Gonzalo Vicente, estudiante de Química y Bioquímica, considera que el éxito de este programa se basa, precisamente, en esa miscelánea de gente y estudios. «Creo que el haber empezado la estancia en un pueblo y después continuar en un entorno más rural nos ha ayudado a aprender y crecer como personas», apunta este madrileño que apenas había salido de la gran capital, según admite, y que este viaje le ha aportado muchas cosas. «Me motivó venir el intentar emprender, trabajar y ayudar a que se conozcan las zonas más despobladas del país, algo que considero que se ha conseguido», añade.
Más allá de los proyectos que puedan surgir en un futuro como fruto de estas sinergias, otra de las participantes, Jessica Noriega, estudiante de Literatura General y Comparada, se queda con el descubrimiento del entorno natural de la provincia. «Genera una dinámica de reflexión que potencia la creatividad, en mi caso poética, que tengo ganas de desarrollar a través de las ideas que he ido recogiendo», valora. La joven se confiesa también enamorada del territorio que se le ha revelado este verano.
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Descubriendo el potencial de Zamora
«Me he quedado maravillada, porque he descubierto a una de las grandes desconocidas dentro de España, una provincia de la que apenas se escucha hablar y que tiene muchas maravillas naturales y culturales que ofrecer», subraya, ofreciéndose a convertirse en embajadora de esta ciudad. «La voy a recomendar muchísimo porque, además, está muy cerca de Madrid», destaca.
En este sentido, aprecia esta iniciativa de la Complutense. «Creo que una universidad que recibe a tantos estudiantes de fuera es bueno que tenga en su oferta actividades que se impartan más allá de Madrid, acercando así otros lugares a los estudiantes», agradece.